Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Tras un recuento electoral, sólo importa quién es el ganador. Todos los demás son perdedores”. Winston Churchill
Concluido el fragor de
la batalla electoral, aún y cuando quedan pendientes algunos rescoldos y
todavía algunas cuestiones pueden cambiar, es tiempo para hacer algunas
reflexiones y colocar en su respectiva columna el “debe” y el “haber” de
algunas situaciones.
Las elecciones no se limitan a las campañas y la jornada comicial, porque en términos
reales inician mucho antes, cuando los aspirantes a una nominación buscan
conseguir que los partidos los postulen para ocupar un cargo y aquí es donde
empieza la política, pero también la politiquería, la grilla, la transa, las
conveniencias y los grupos.
Damnificada de las pasadas elecciones termina Mariela Saldívar que en un su
momento le exigió a Movimiento Ciudadano y a Samuel García una posición y lo
hizo a través de los medios de comunicación; con todo y que le dijeron que
esperara un poco Saldívar se aceleró y se cambió de partido para irse a Morena.
Como “el perro de las dos tortas”, ese que ni come, ni deja comer, terminó al
final y hoy busca la manera de conseguir cobijo en el partido naranja a través
de un cargo, así sea en el Municipio de Monterrey.
Mariela es buena, eficiente, chambeadora, sabe arrastrar el lápiz y tiene
olfato para conseguir espacios en los medios; sabe ponerle “el punto a la i” y
encontrar el espacio para hacerse notar; se equivocó y se aceleró; hoy paga las
consecuencias.
Damnificada también, pero por su carácter y su incapacidad para hacer alianzas,
gobernar en grupo y trabajar en equipo, Claudia Tapia puede tener las mejores
intenciones y sensacionales proyectos, pero desde el inicio de la actual
Legislatura se peleó con su bancada y con todos, por lo que terminó
auto-segregada en una extraño grupo legislativo “bis” de Morena. La 4-T, a la
que juraba defender a capa y espada, no le reconoció su esfuerzo y mucho menos
su actitud, por lo que no le permitió buscar una nueva opción para continuar su
carrera política.
Damnificada, con todo y que esté pegando “patadas de ahogado”, Indira Kempis se
juega su última carta en un albur buscando la dirigencia de Movimiento
Ciudadano, pero sabe que en el fondo no cuenta con el apoyo de nadie en la
dirigencia del partido y mucho menos del Gobernador Electo, Samuel García, a
quien desdeñó desde hace tres años y criticó de manera pública y privada.
Segura de que no espacios para ella en el próximo Gobierno Estatal, pretende
aferrarse a un clavo ardiente o un chorro de agua con la dirigencia estatal del
partido al que nunca ha defendido y con el cual no se ha identificado jamás,
pero hoy quiere seguir usando en su beneficio personal.
Tres casos de damnificadas que reflejan una realidad distinta a las historias
de discriminación de género; y como estos hay muchos más de mujeres que
equivocaron sus decisiones y hoy están a punto de quedar fuera del terreno de
juego.
En política, como en muchas cosas de la vida, se gana y se pierde.
ftijerin@rtvnews.com