Por Carlos Chavarría
Me gusta la palabra atolondrado, era muy utilizada por nuestros mayores durante la infancia y a fuerza de realidad ahora tiene otra vez apreciada vigencia. Atolondrado es una manera simple de un actuar sin reflexionar.
Por ejemplo, el presidente es el único que parece comprender que las campañas electorales empiezan el día siguiente a la elección y concluyen con la reconstrucción de los resultados electorales de la que sigue, mientras él ya empezó la campaña del 2024 los partidos políticos están atolondrados.
Este asunto de la pandemia nos trae y nos muestra como atolondrados y esa condición no nada más está causando gran dolor en muchas personas y sus familias, sino que está siendo abusada por el gobierno mismo.
El gobierno federal ya se gastó todo lo que podía en una suerte de programas sociales rebautizados de acuerdo a los lemas del momento y va por más de donde lo pueda sacar y nosotros atolondrados.
A través de la energía y los precios de los servicios públicos los gobiernos de los tres niveles van tomando de los hogares cualquier excedente pegándole de rebote a toda la economía con menores tasas de crecimiento y mayor inflación y seguimos pasmados, atolondrados.
Allá cuando la crisis del 94, Serra Puche echó en cara a los anteriores que les “habían dejado la economía colgada de alfileres”, Pedro Aspe contestó que “para que se los quitaban?”, pues bien, ahora se repite la misma intersección histórica.
La economía está colgada del sector exportador y las remesas hacia y desde los EEUU, y el gobierno federal orienta sus discurso y acción a debilitarlos. A los primeros con más trabas para funcionar y a los paisanos con más impuestos al manejo del efectivo, y México, atolondrado.
Nos hemos tardado para exigirle al atolondrado Grupo de los 8 disculpas por no haber acatado la “nueva economía moral” que tanto nos ha beneficiado.
No tenemos dinero suficiente para los nuestros y el gobierno anda jalándole la cola al tigre, llevando “ayuda humanitaria” a Cuba en buques de la armada y todo con la intención de inventarse un nuevo enemigo que mantenga a nuestra sociedad atolondrada. ¿Cómo le hicieron ara burlar el bloqueo de los EEUU? Nadie lo sabe, ¿seguro porque los gringos también han de estar atolondrados? ¿O será que tal bloqueo no existe en realidad?.
No hemos sido capaces de convencer de que se vacunen a casi 30 millones de mexicanos, esos sí bien atolondrados y estamos proponiendo a todo un continente atolondrado que se integre una nueva OEA al estilo bolivariano, cualquier cosa que esto signifique (¿?).
A todo el sistema judicial atolondrado se le pasó dictarle sentencia a cientos de miles de mexicanos que ya cumplen condena y se pretende dejarlos en libertad sin modificarle un ápice a todo el andamiaje de malas prácticas que rodean la aplicación de las leyes. ¿Así o mas atolondrados?
Nos traen atolondrados con el costoso circo de la supuesta democracia participativa, ejercida a través de “consultas públicas” sin posibilidad real de vinculación o sea sin desprenderse ni un poquito del enorme poder del ejecutivo. Si en realidad les interesara la democracia participativa, tan fácil que sería convertir a tanto consejo y comisiones ciudadanas en órganos no solo consultivos sino ejecutivos.
Es de recomendarse el reporte que sobre la distracción política ha realizado Niño Buitrago y que abre las puertas que justifican la más amplia reflexión sobre los métodos y efectos del poder ejercido a la manera populista. [https://alacip.org/cong13/733-buitrago-7c.pdf].
“El líder populista apela directamente a sus seguidores para que se comprometan directamente con su persona más allá de cualquier proyecto, política pública, institución u organización”. (Freidenberg, 2007, p. 28; Rocha, 2008, p. 19, Panizza, 2009, p. 39).