Por José Jaime Ruiz
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@ruizjosejaime
A principios de este mes, el periodista Roberto Rock se alarmaba en El Universal: “Autoridades federales de ámbitos diversos (electoral, financiero, de justicia), disponen de evidencias abrumadoras sobre un lodazal que se derrama desde todos los costados del expediente Samuel García, ganador de la gubernatura de Nuevo León bajo las siglas de Movimiento Ciudadano (MC). La explosividad del caso lo coloca con las mayores posibilidades de que esta elección sea anulada, por haber violentado casi todas las restricciones legales en la materia.
“Información recabada por este espacio refleja dos vertientes de un mismo escándalo en torno al sórdido triunfo de García Sepúlveda: la corporativa, ligada a Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco por el MC. Y la oscura estructura de negocios de la familia del virtual gobernador electo neolonés (sic), sus padres y hermanos”.
La información “presentada” por Roberto Rock es un simple refrito de la difundida por Código Magenta y Ramón Alberto Garza que trataba de disminuir la campaña de Samuel García a favor del priista Adrián de la Garza quien, en su estilo policiaco, “filtró” videos no sólo en contra de Samuel, también en contra de la candidata de Morena, Clara Luz Flores. A Rock no le interesa que la elección en Nuevo León sea anulada, él es sólo un tinterillo, ¿de quién es la mano que mece esta cuna?
Este miércoles 11 de agosto, Alejandro Cacho “coincide” con la columna de Rock en el periódico El Heraldo. Escribe Cacho: “Samuel Alejandro García Sepúlveda (Samuel García) ganó con amplio margen la elección para gobernador de Nuevo León, pero su llegada al poder está sostenida con alfileres. La Fiscalía General de la República, la Unidad de Inteligencia Financiera y el Instituto Nacional Electoral tienen identificadas y documentadas tres vías de nulidad.
“Son tres principales vías de posible anulación de la elección. En primer lugar, las aportaciones de su esposa no reportadas como gastos de campaña. En segundo, las contribuciones superiores a 120 millones de pesos del gobierno de Jalisco, y algunos municipios, a través de tres agencias digitales. Tercero, una intrincada red financiera que involucra a familiares y amigos de Samuel García”.
Nada nuevo. En la entrevista que Cacho sostuvo con Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, éste le confirmó que se investigaban empresas fachada en el caso de la campaña de Samuel. Y Santiago Nieto le dedicó mucho más tiempo a la posibilidad de delitos relacionados de transferencias de Tamaulipas a San Luis Potosí (como lo hacía Moreno Valle en su tiempo) que al caso Nuevo León.
Alejandro Cacho asegura que la llegada a la gubernatura de Samuel está sostenida por alfileres. ¿De veras? ¿O acaso para Cacho el espaldarazo del presidente Andrés Manuel López Obrador es sólo un alfiler? ¿Y los acuerdos de Samuel con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero? ¿Y el apoyo a la Carretera Interserrana y al tren urbano en el área metropolitana de Monterrey?
Pásenle periodistas chilangos, pásenle la charola a los perdedores en las elecciones de Nuevo León, pásenle a lo barrido.