Por José Jaime Ruiz
En la percepción, es decir mediáticamente, las caravanas implementadas por el gobernador electo de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, han salido a pedir de boca. La cobertura de medios y las líneas discursivas han impuesto una verdad a medias: Samuel se ve más proactivo que lo hecho por el gobernador Jaime Rodríguez Calderón no en la pandemia sino en la etapa de vacunación.
Las caravanas transfronterizas, sin embargo, pudieran tener su correlato en la transparencia y la rendición de cuentas. ¿Quién decide a quién se vacuna y a quién no? ¿Quién decide quién se trepa al camión? ¿Por qué se da preferencia a las cadenas productivas y no a las correas sociales? ¿Y los desempleados y los subempleados? ¿Ciudadanos de segunda?
Los logros de Samuel Alejandro son exagerados por el periódico El Norte. En su edición de hoy –la heroicidad no la dejan de lado– mienten: “Venciendo las trabas federales de México, este programa busca vacunar contra el Covid-19 a trabajadores menores de 39 años en la frontera con Texas con una única dosis de Johnson&Johnson”.
¿Cuáles trabas? ¿Las de Andrés Manuel López Obrador, Olga Sánchez Cordero, Hugo López-Gatell?
Leamos cómo Samuel Alejandro desmiente a su apologista, El Norte: “Tanto el presidente Andrés Manuel como Olga Sánchez secundaron y vieron muy bien el proyecto y eso me da mucho gusto, Hugo López-Gatell me dijo qué se podía y qué no. Hoy (ayer) noté una Guardia Nacional muy coordinada, muy servicial, creo que el tema de salud, de salvar vidas, da para que todos pongamos de nuestra parte y aceleremos la vacunación, aquí no caben los colores”.
De caravanas a caravanas
Hay de caravanas a caravanas. En otra acepción “caravana” significa “reverencia”. Y es lo que hemos visto estas semanas en la actitud de García Sepúlveda ante la función pública: la privatización de la función pública con empleados de los ipecos.
Samuel Alejandro le rinde reverencia al Grupo de los Diez, cualquier cosa que ello sea y, enfáticamente, a la empresa Cemex. En el equipo de transición predominan los empleados de la IP –aunque el Consejo Cívico ya deslindó a Sandrine Molinard, quien seguirá como presidenta del organismo y no se integrará al gabinete.
Quienes vienen de la administración privada no son muy duchos en la administración pública. Algunos refieren a Fernando Canales Clariond, pero Fernando desde siempre tuvo vocación política (hay que agregar a José Luis Coco Coinreau y Carlos Domínguez Ahedo, también desde siempre políticos). Vicente Fox ya experimentó lo que Samuel Alejandro quiere ensayar y su sexenio fue un fracaso.
Recordando a Epicuro…
O dios quiere suprimir el mal del mundo, pero no puede. (En cuyo caso es débil, y por tanto no es dios).
O puede pero no quiere hacerlo. (En cuyo caso es malévolo, y por tanto no es dios).
O ni puede ni quiere hacerlo.
O bien puede y quiere hacerlo (como únicamente corresponde a un dios): ¿de dónde proviene entonces el mal en el mundo?