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Por Francisco Tijerina Elguezabal

“La prueba para saber si puedes hacer un trabajo o no, no debería depender de la organización de tus cromosomas.” // Bella Abzug

Ayer por la noche el diputado electo para el Congreso de Nuevo León por Morena, Waldo Fernández, subió a sus redes sociales un video en el que dio cátedra de populismo y de una estrechísima visión en cuestiones de género y paridad.

En su mensaje, Fernández se pronuncia porque el Congreso de Nuevo León no se limite a tener igual número de diputados y diputadas, sino que mantenga la repartición por género en las comisiones del legislativo, los asesores y hasta los empleados que laboran en el Congreso.

Suena bonito, pero no pasa de ser simple percepción que busca “taparle el ojo al macho” (nunca mejor dicho), dado que no atiende a promover una política pública que realmente busque la paridad en nuestra sociedad.

Por principio de cuentas es correcto pensar en tener igual número de diputadas y diputados, pero sí, y sólo sí, los partidos que los postulan aseguran a la sociedad que los perfiles de sus propuestas son los mejores y que no son lanzados como candidatos por el simple hecho de ser hombres o mujeres.

Dando un paso al frente, en la designación de los presidentes de las comisiones, lo óptimo es pensar en que sean ocupadas por los mejores, personas con conocimientos del área o tema que van a atender y no simple y sencillamente por cumplir con un determinado número de hombres o mujeres.

El asunto termina siendo de locos cuando don Waldo en el colmo de populismo, tratando de aparecer como el paladín de la paridad, se pronuncia porque los empleados del Poder Legislativo sean mitad mujeres y mitad hombres.

Seamos claros, el hecho de dividir por la mitad un entero por la simpleza del género, no significa que se asegure el trabajo legislativo que atienda o resuelva los problemas de la paridad.

Los nuevoleoneses merecemos tener a los mejores, mujeres u hombres, en los cargos que tienen la responsabilidad de definir el rumbo de nuestro diario vivir, sin importar si ello implica que se trate de un mayor número de mujeres o de hombres y es ahí en donde Waldo y muchos más se equivocan.

En todo caso deberíamos pugnar por contar con mecanismos que nos aseguren que esa paridad y derechos pueden y deben ser respetados por el gobierno en todas sus instancias.

Cubrir cuotas en función del género simplemente agravará el problema porque a la larga se demostrará que la repartición de curules no brinda los resultados esperados. Don Waldo, déjese de jugar a la percepción y céntrese en atender la realidad.

ftijerin@rtvnews.com

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Vía / Autor:

// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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