La primera edición del Juego de Estrellas entre la Major League Soccer y la Liga MX terminó con un gran perdedor: el balompié mexicano… En todos los sentidos.
Aunado al revés en serie de penaltis (2-3, 1-1 tras los 90 minutos), los visitantes en el estadio Banc of California tuvieron que cargar con el bochorno que significa el comportamiento de sus aficionados, esos que volvieron a expresar el grito que provoca insomnio a la Federación Mexicana de Futbol.
Al minuto 11, el «¡Eeeh, pu…!» retumbó en la casa del Los Ángeles FC, por lo que el silbante Armando Villarreal debió detener el cotejo y pedir a los aficionados que se comportaran. Enésimo ridículo con la misma situación.