Por José Jaime Ruiz
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@ruizjosejaime
¿Cuál frase le queda mejor al ejercicio autoritario, clasista y supremacista del alcalde de San Pedro Garza García, Miguel Treviño? ¿La ley de Caifás? “Al jodido joderlo más”. ¿La ley de Herodes? “O te chingas o te jodes”. Lo que mal termina, peor empieza y Miguel está acabando malísimamente su trienio.
Wag the dog: cortina de humo o caja china, lo cierto es que, desde la comunicación política, quieren cambiar la narrativa sampetrina. “San Pedro P.D.” infiltrado por el crimen organizado que coparticipa en el secuestro de ciudadanos: no hay certeza en la seguridad pública. Pero tampoco hay certidumbre en el derecho a la ciudad y en la certeza catastral. Censar para expropiar.
El derecho a vivir en paz, el derecho a la certeza jurídica de la propiedad contra el abuso del “progreso” y sus falsas soluciones. ¿Por qué no se expropiaron propiedades de avenidas paralelas a Vasconcelos como Alfonso Reyes o Roberto Garza Sada para darle fluidez al transporte? ¿Es más fácil joderse al casco del municipio o a Tampiquito? ¿O porque el escritor José Vasconcelos mal nos cae a los norteños y son mejores los próceres culturales o empresariales? ¿Por qué no descargar el flujo vehicular y de transporte público por esas avenidas?
En San Pedro la policía es cómplice del crimen. En San Pedro las autoridades actúan como delincuentes en contra de los ciudadanos, amparados en la oscuridad para derrumbar casas. Las llaves del Cielo ya no están con San Pedro, están con unas autoridades ineficientes en oxidada seguridad y autoritarias en contra de sus ciudadanos. Capacitar y recapacitar, lo deben entender Miguel y sus secuaces o las crisis los superarán.
Mariana y el peor momento de mostrar su casa
Mariana Rodríguez, la esposa del gobernador electo, Samuel Alejandro García Sepúlveda, escogió el peor momento para mostrar su residencia. Mientras las autoridades de San Pedro destruyen casas y locales en avenida Vasconcelos, desde la frivolidad, Mariana muestra –si se puede ver lo que acontece–, la obscena y privilegiada realidad donde habita. Errores de comunicación, de timing. La “casa blanca” (remember La Gaviota) contrasta con las casas “negras” de la pobreza, de los derrumbes. Ya lo decía una canción latinoamericana: pobre del pobre que al cielo no va, lo joden aquí, lo joden allá.