Por Obed Campos
La historia de los esqueletos descubiertos ocultos en los armarios no va a ocurrir en estos cambios de poderes que se están dando y sufriendo en el estado, y no porque no existan los cadáveres, sino porque no están ocultos en los roperos, sino a plena vista.
Ayer Samuel García rindió protesta como nuevo gobernador de Nuevo León. Lo acompañaron su inseparable Mariana y un simpático cachorrito negro.
Pero Samuel no lo dijo (porque tal vez no lo sabe) pero uno de sus más grandes dolores de cabeza se los van a dar precisamente esas calacas que se va a encontrar en los armarios de todo el sistema de seguridad, tanto en el estatal como en los 51 municipios.
La mala administración y el saqueo ha sido la orden del día y en Seguridad Pública del Estado (Fuerza Civil) se sabe que no funcionan ni siquiera la mitad de las unidades, por poner un mal ejemplo.
Cadereyta Jiménez, Nuevo León, es la “ciudad pequeña” mayor poblada fuera del área metropolitana, y vive una tragedia, porque la policía no tiene las unidades para brindar vigilancia a los más de 122 mil habitantes de ese municipio.
Con esa novedad se topó Cosme Julián Leal Cantú, alcalde panista, quien recibió, como parte de novedades que Cadereyta tiene funcionando nada más una patrulla de policía y dos de unidades de tránsito así como dos motos todos en mal estado… Y una ambulancia.
Esta revelación la recibió Leal Cantú cuando le mataron a Roberto Julián Sáenz Garza de 33 años, asesinado ante los ojos de su esposa y sus pequeños hijos a las pocas horas de que lo nombraron jefe de la policía.
Juan Carlos Galván nuevo secretario de seguridad, fue el portador de las malas noticias que le cayeron como balde de agua fría al munícipe.
Todo apunta a que el ahora exalcalde Ernesto Quintanilla Villarreal, el sombrerudo que quiso reelegirse y perdió, fue el responsable de esta debacle, porque se gastó en otra cosa los recursos etiquetados para la rama de la seguridad.
En el colmo de la rapiña, me dicen que a todas las patrullas que están “yonqueadas” les robaron los catalizadores, porque hay todo un mercado que compra esas piezas que hacen que los vehículos sean más ecológicos.
Así que seguramente van a salir conque por instrucciones del gobernador Samuel García, elementos de Fuerza Civil se van a encargar de tomar las riendas de la vigilancia de Cadereyta, municipio, que ya lo dije, es estratégico para la delincuencia por su potencial en huachicol, tráfico de migrantes y venta de drogas.
Amén de sus salidas a las fronteras con los Estados Unidos.
Pero por lo pronto, quienes sufrirán la pesadilla como resultado de una administración mediocre y corrupta como la de Quintanilla Villarreal, son los vecinos de ese municipio, el cual, también ya se ha dicho, ha sido víctima de las calamidades por lo menos los últimos tres mandatos estatales, o sea 18 años.