Por Francisco Tijerina Elguezabal
“La conciencia sólo puede existir de una manera, y es teniendo conciencia de que existe.” // Jean Paul Sartre
Ante una realidad que desde hace mucho tiempo nos rebasa como sociedad, la respuesta del gobierno es un magnífico “choro mareador”.
Como respuesta a la denuncia pública de la enorme cantidad de basureros clandestinos, el secretario de Medio Ambiente, Alfonso Martínez Muñoz, dijo que alistan “un inventario de zonas afectadas y brigadas de saneamiento”.
Me parece excelente que los ubiquen, pero eso ataca el efecto, no la causa y, por otra parte, ¿de dónde saldrán esas brigadas? ¿quién las pagará?
El funcionario añadió que “se coordinarán con alcaldes mediante la mesa metropolitana y que buscarán el apoyo de la federación para combatir y prevenir los basureros ilegales. Primero, lo que se requiere es una mayor coordinación (entre los tres niveles de gobierno)” y finalizó diciendo que próximamente darán detalles del plan de acciones.
Traducido al cristiano, no hay nada, no tienen nada, no saben qué hacer, no tienen idea de quién puede resolver la bronca ni de dónde sacar el recurso necesario.
Sin embargo el problema existe, los tiraderos están aquí y cada día aparecen más.
No hay dónde ni cómo deshacerse de llantas en desuso; en los basureros oficiales no las aceptan y ¿a dónde vas a tirarlas? Ah, pero eso sí, cuando viene la temporada de mosquitos te están friegue y friegue que te deshagas de ellas.
Hay que crear conciencia del problema, pero también brindar opciones para erradicar la problemática. Aventar la pelota a los municipios o pedir apoyo a la federación es desentenderse de la bronca.
Sería mil veces mejor que el secretario se pusiese a trabajar y ofreciera soluciones que desincentiven que se tire basura en cualquier sitio y que se castigue a quienes de manera irresponsable atentan contra el medio ambiente; para eso le pagamos, no para recetarnos un discurso que a nada nos lleva.
Conciencia y opciones, pero rapidito.