Por: Obed Campos
Hay serio malestar e inconformidad en las filas de Seguridad Pública del Estado, alias Farsa Civil, alias Fuerza Civil, porque la tropa se siente abandonada por el mando. Es decir, Aldo Fasci no representa ni defiende a sus policías y estos lo recienten.
Hay dos casos que si hubiera reporteros competentes en la sección policíaca o política le cuestionarían al atolondrado jefe de la seguridad del estado de Nuevo León.
En el primero, ¿cómo interpretar el proceder contra un oficial de la corporación que defendió la vida de un compañero y de una mujer embarazada abatiendo al agresor?
¿Deveras merecen ese tratamiento de la autoridad los elementos la Fuerza Civil? ¿Estará bien informado Aldo Fasci de las condiciones laborales de los uniformados quienes deben desempeñarse sin el legal porte de arma… pagando ellos por sus balas y sus chalecos?
Las declaraciones de ayer que vertió Fasci en el sentido de que van a desamparar al policía, quien por cierto está en la indefensión, cayeron como balde de agua helada en las espaldas de la tropa, porque, como siempre, Aldo quiere verse bien públicamente, y con su lengua se lleva entre las patas la dignidad de sus elementos.
Ahora que, fuera de declaraciones sosas, cómo es posible que en una corporación moderna, como presumen que es la policía del “nuevo Nuevo León” anden los policías sin el legal porte de armas y sin la debida protección… Además de que Aldo, con esas declaraciones, no defiende ni un ápice a sus elementos.
En el segundo caso, hay que ser honestos, se regó la manteca y alcanzó a ensuciar tanto a la autoridad estatal, como a la municipal de Monterrey, ya que el crimen organizado demostró que no tiene límites ni geográficos ni políticos y minutos antes de “Noche Buena”, seis pistoleros arribaron a una de los principales comercios, «El Nuevo Mundo», donde ejecutaron a una persona a la vista de cientos de compradores y ante el terror de madres de familia y niños.
Ni Aldo Fasci ni Alejandro Garza y Garza, jefe de la policía de Monterrey han dado alguna versión a ese respecto.
De los delincuentes, pues ya se sabe que su deporte favorito es sembrar el terror… Y bien que lo están logrando mientras la seguridad se le va de las manos a una autoridad que lo que menos es incompetente.