Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Ahí viene el lobo…”
Fábula
Hace muchos años hubo en el viejo Nuevo León (Samuel García dixit), un Secretario de Salud que cada vez que creía que su permanencia en el puesto estaba en riesgo se inventaba una nueva oleada del dengue, montando operativos y asustando a la población, por lo que los gobernadores lo mantenían en el cargo.
Tan bien le funcionaba el truco que fue ratificado en distintos gobiernos y no importaba la época del año y si había seca, es decir no era época propensa para la propagación del mosquito, el médico aseguraba que venía el dengue y montaba sus operativos, con lo que los medios de comunicación le seguían el juego y la metrópoli se ponía en shock, de suerte que se mantenía en el puesto, hasta que le descubrieron el truco y simplemente lo corrieron.
La información a nivel mundial sobre la nueva variante del Covid-19 nos anuncia una cuarta ola del mal. En diversos países de Europa y los Estados Unidos los casos van en aumento y la ocupación hospitalaria ha ido subiendo en los últimos días, por lo que de cuerdo a la experiencia deberíamos empezar a prepararnos para lo que viene.
Comunicar es un proceso, pero también un arte, porque depende muchísimo de cómo digas las cosas para lograr el objetivo que te plantees, es decir, es necesario ser sumamente cuidadoso en la manera en que expresas tus mensajes para que los receptores de los mismos capten de manera transparente, nítida y clara, lo que en realidad les estás diciendo.
No dudo de las buenas intenciones de la Secretaria de Salud en Nuevo León, Alma Rosa Marroquín, quien al percatarse de las tendencias mundiales y de Estados Unidos del mal quiso anticiparse a lo que viene, por lo que ayer, con bombo y platillo, confirmó la llegada de la cuarta ola del Coronavirus a Nuevo León.
Sin embargo los datos que mostró del comportamiento del virus no son, ni por asomo, lo suficientemente consistentes para marcar una tendencia, mucho menos para asegurar que esta etapa del mal ya está entre nosotros, a menos de que la doctora haya dejado de lado la ciencia y ahora también sea adivina.
Dos detalles soportan mi dicho: uno, los casos que venían en aumento desde el 21 de diciembre cuando se registraron 113 hasta llegar a 290 el día 26, rompieron la racha alcista al marcar 260 el día 27, con lo que cual se rompe una tendencia; por otra parte, el domingo hubo dos decesos por el mal, pero el lunes apenas uno.
Si la intención de la doctora Marroquín era lanzar un mensaje preventivo se equivocó rotundamente. Luego de tantos meses de encierro, tras las vacunas y las experiencias vividas, serán pocos los que escucharán sus advertencias, no porque no sean válidas, sino porque falló en el diseño de su mensaje.
Si la funcionaria estatal quiso desincentivar las reuniones por el fin de año, tenía que haberlo expuesto de una manera totalmente diferente, persiguiendo el mismo objetivo, pero con ejemplos distintos, recordándonos cómo se ha comportado el virus en el mundo y cómo ha sido su funcionamiento en México y Nuevo León.
No se vale andar asustando con “el petate del muerto” y mucho menos inventarse que “ahí viene el dengue”, porque de eso ya estamos curados. Decir que unos municipios están en alerta roja y otros no, sin decir por qué ni aportar más datos es irresponsable.
El asunto amerita seriedad y sobre todo un verdadero compromiso con la sociedad. Ojalá lo entienda.