Por Obed Campos
Oiga, pues será el sereno, pero nadie en este mundo tiene permitido testar lo ajeno. Es decir, ningún ser humano tiene derecho a legar, en vida o en muerte, lo que no le pertenece.
Por eso es que suena a calentura tabasqueña el video que compartió el presidente López Obrador en el que, aparte de decir que está muy bien, pese a haber sido intervenido quirúrgicamente y que ante el riesgo de faltar, ya tomó la decisión de dejar “un testamento político” para garantizar la gobernabilidad en caso de que muera.
“Yo tengo un testamento político, no puedo dejar un país en un proceso de transformación, no puedo actuar, por responsabilidad, además con estos antecedentes del infarto, la hipertensión, mi trabajo que es intenso, sin tener en cuenta la posibilidad de una pérdida de mi vida, ¿cómo queda el país? Tiene que garantizarse la gobernabilidad, entonces tengo un testamento para eso”, dijo AMLO en su mensaje, el cual causó que gran parte de la sociedad, señalara que de existir “el testamento” está de más.
López es presidente de México, pero no es dueño del país. Tampoco nadie lo ha nombrado dictador, emperador, príncipe ni “altísima serenidad”.
Siempre dice que vive casi con lo puesto y que su humildad lo ha llevado a no tener ni cuenta de banco…
Puede, eso sí, heredar “La Chingada”, su tristemente célebre propiedad en Tabasco, más lo que se le acumule esta semana.
Pero México no tiene dueño, que yo sepa.
Y que por qué en México no tenemos la figura de vicepresidente que nos ahorraría dolores de cabeza, como éste, mi compadre Eloy Garza escribe: “Carlos Fuentes platicaba una anécdota muy interesante al respecto. En una encuentro personal con Bill Clinton, éste le dijo a Fuentes que no entendía por qué en México había desaparecido la figura del Vicepresidente. Fuentes le respondió: “porque desde el momento en que tomara protesta, el vicepresidente buscaría la manera de matar al presidente”. Dice Fuentes que Clinton no se rió con su respuesta…”
EL BUEN JUEZ, POR SU CASA…
Sin revelar muchos datos, la contralora municipal de Monterrey Lourdes Williams sentó la documentación de la denuncia en la Fiscalía Anticorrupción y dijo que son varios los ex funcionarios señalados de la Oficina Ejecutiva del Alcalde, la cual encabezaba Genaro García en la administración de Adrián de la Garza.
A la contralora la acompañó, y hasta en la foto, el Síndico segundo Francisco Donaciano Bahena, de quien se sabe antes era panista, y es actualmente el esposo de Brenda Sánchez, ahora diputada local.
Brend ya fue miembro del PAN, de Morena, del PT, del Verde, y actualmente es diputada de Movimiento Ciudadano, ajonjolí de todos los moles.
Pero, me dicen, que Brenda cuando fue secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología de Monterrey, no dejó precisamente la hoja de servicio más limpia y si le checan tantito, se van a encontrar con propiedades que no cuadran en sus declaraciones patrimoniales.
Me dicen que en esta administración, que encabeza el impoluto de Luis Donaldo Colosio, la directora de Fraccionamientos de nombre Virginia, es la misma que era la secretaria de Desarrollo Urbano en la anterior administración, que chambeaba nada más para lo que le ordenara un tal Roque Yáñez.
Y como dijo Raúl Velasco, aún hay más.
