Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Estábamos haciendo nuestros planes, pero
olvidamos que el destino también tiene planes”
Fiodor Dostoievski
Suena bien, muy bien, requetebién, el anuncio del Gobernador Samuel García de que no se conformará con dos líneas del Metro, sino que hará tres en su administración, de forma tal que terminará construyendo más Metro que todo lo hecho por sus antecesores juntos.
¿Es posible? No lo dudo, en la teoría hablan de 26 mil millones de pesos, pero en casi todas, por no decir que en todas, las obras de Gobierno surgen imponderables que terminan elevando los costos y retrasando los tiempos de construcción.
Por principio Samuel enfrentará la negativa de los vecinos del sur que no quieren el Metro elevado y aunque él antepone el interés de los estudiantes del Tec y la Unidad Mederos de la UANL por encima del patrimonio de los quejosos, lo cierto es que el asunto terminará con amparos que detendrán la obra y eso puede detener los trabajos por meses… o por años.
De nueva cuenta el titular del Ejecutivo empata su discurso con el que por largo tiempo ha manejado el Presidente de la República y dice que el dinero alcanzará porque no hay corrupción en su gobierno, y otra vez no lo dudamos, sin embargo existen factores imponderables que no están bajo su control y él mismo, hace unos cuantos días, los ha aceptado, como la pandemia, la inseguridad o un desastre natural.
¿Qué pasará si las condiciones cambian y hay que hacer frente a una contingencia ahora que no hay Fonden? Somos una tierra en la que las inundaciones o los incendios forestales nos pegan durísimo, ¿estamos preparados para enfrentar un problema así?
Suena muy sabroso el choro de Hernán Villarreal sobre las nuevas rutas de camiones, pero, ¿quién las va a operar? ¿el Gobierno? ¿pasará lo mismo que con la requisa de la Ecovía? ¿Cien camiones en un mes o los 800 para fin de año serán suficientes? Recordemos que los transportistas tienen derechos adquiridos que habrá que respetar.
Está a todo dar eso de volver a echar a volar el Sintram, pero el proyecto ya una vez fracasó por falta de recursos. Habría que pedirle a Tere Cavazos y a Hernán Villarreal que nos expliquen las causas, motivos y detalles de cómo fue la historia, por qué no funcionó, dónde se atoró, para no repetir los errores y que ahora sí los millones invertidos repercutan en un beneficio para la movilidad.
En el papel y la teoría todo el plan de Samuel García suena muy bien, pero hace falta ver si en la práctica llega a funcionar y ahí, es donde por ahora diese la impresión de que hay muchas cuentas alegres y poco espacio para sortear contingencias e imponderables.
ftijerin@rtvnews.com