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Por Félix Cortés Camarillo

Hasta 1567, la Europa medieval celebraba el inicio del año nuevo como a cada quién le daba la gana. En algunos lados en la fiesta de la Natividad, en otros, el 1 de marzo. En Viena el 25 de ese mes, y en muchos otros en la Pascua. El edicto de Rousillon, emitido en 1565, ordenó que el año comenzaba el 1 de enero del calendario gregoriano para todos; excepción hecha, claro, de los judíos, musulmanes, chinos y otra ralea. El edicto se debe a Carlos IX de Francia, rey mangoneado desde su coronación a los 10 años por su madre regente Catalina de Médicis; durante el reinado de Carlitos se desató la matanza de agosto de 1572, la noche de San Bartolomé, cuando fueron degollados y defenestrados en París unos veinte mil hugonotes, entre ellos su principal líder el Conde Gaspar de Coligny.

Los hugonotes, es decir los protestantes, se quedaron con la fecha del 25 de marzo, y para ellos las fiestas de la noche vieja duraban una semana, por lo que el año nuevo siguió entrando el primero de abril. Como la historia la escriben los vencedores, a los tercos hugonotes les empezaron a llamar los tontos de abril: Les Poissons en francés o Gli Pesci d´avril.  Ello, porque el primero de abril, en la astrología, el sol sale de la constelación de Piscis. 

Así comenzó la tradición de hacer bromas a los demás el primer día de abril, el día de los tontos. Una tradición acendrada en toda Europa occidental; en América sólo en Canadá, Estados Unidos y Brasil. A semejanza de nuestro día de los inocentes, nada debe tomarse en serio ese día, el primero de abril. Ni compromiso, palabra dada o afirmación extrema. Es el día del gracejo y el engaño.

He tenido que hacer toda esa introducción para entender la visita a México del señor John Kerry, enviado del presidente Biden de los Estados Unidos encargado del medio ambiente, su comida larga con el presidente López y su estado mayor de los energéticos, así como las versiones de esa reunión de casi cinco horas.

John Kerry, quien ya ha sido candidato a la presidencia de los Estados Unidos, ha venido de visita oficial a México tres veces en cinco meses. No es que el señor Kerry o el gobierno de Joe Biden tengan una profunda preocupación por el medio ambiente en nuestro país o por la contaminación generada al quemar carbón y combustóleo para generar energía sucia en México. Tampoco les importa un pepino el daño a los bosques de la península yucateca o a los cenotes y al sistema hídrico maya por el tren del capricho. No. El gobierno de los Estados Unidos y todos sus enviados, incluyendo al embajador amigou Ken Salazar están para proteger los intereses de los estadunidenses. Si es de los estadunidenses que invierten capital, mejor.

Pues el señor Kerry, al salir de su comida en Palacio Nacional, al que acompañaron don Ken el de la tejana y varios empresarios gringos de la energía, dijo a los reporteros que habían decidido formar una comisión embajada-Casa Blanca-oficina de Kerry, encargada de dar seguimiento al proceso de la reforma energética del presidente López para que no contravenga el espíritu y la letra del tratado de libre comercio entre Canadá, su país y el nuestro. Así de sencillo.

Al día siguiente, el viernes en la mañanera sesión de catecismo de la cuarta simulación, el presidente López negó que Kerry “le haya venido a jalar las orejas” o que se hubiera acordado la mencionada comisión. Reconoció que efectivamente sí se había mencionado esa comisión, pero que él –el presidente López– se había quedado callado. A lo mejor no entendieron el mensaje de su silencio y creyeron que el que calla otorga. 

Claro, se le olvidó al presidente López que era el día de los tontos. Inocente palomita que te dejaste engañar, le faltó mandarle decir a los gringos. El pez de abril.

Como dicen en la escuela primaria, gringa desde luego, esto no se queda así.

PILÓN PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): promueve en Sonora el secretario de Gobernación el voto del 10 de abril en pro del presidente López. Dice que no le preocupa lo que haga el INE que “al cabo que ellos ya se van”. Seguro ya conoce no sólo la iniciativa de reforma electoral del presidente; también conoce el resultado de las votaciones en el Congreso.

‎felixcortescama@gmail.com

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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