Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
No se acerca a la tragedia griega, tampoco a la obra de Shakespeare, vivimos el teatro del absurdo de Luigi Pirandello donde son tres personajes en busca del autor intelectual y material de sus feminicidios o desapariciones. Así Yolanda, así Debanhi, así Marifer.
En este teatro del absurdo hay otros personajes, como los de la Secretaría de la Mujer, la Fiscalía General o la Fiscalía que atiende feminicidios. Quisieron que fuera accidente lo de Debanhi, nadie les creyó. Los padres de Marifer, Debanhi y Yolanda han aportado más pruebas que los fiscales, algunos de estos fiscales fueron tan eficientes que ya los corrieron.
En la narrativa de los feminicidios se trata de la revictimización y no hay líneas de investigación en la trata de blancas, en ese corredor hostil en que se ha convertido la carretera a Laredo. A la ex titular de la Secretaría de la Mujer, Alicia Leal, nunca le aceptaron la hipótesis de la trata de blancas, aunque lo mencionó en el gabinete una y otra vez.
La fiscal Especializada en Feminicidios, Griselda Nuñez, ya descartó la anterior línea de indagatorias, ¿por qué? Porque a ninguna autoridad le conviene hablar de una banda de trata de blancas. Pero, ¿acaso las fiscalías deben de agotar cualquier línea de investigación a priori? No, nunca, por eso los feminicidios no son tratados como tema político cuando el cuerpo de la mujer es de por sí un tema político.
Teatro de absurdos, de ficciones, de ocultamientos, de engaños, de enredos, de mentiras es en lo que se han convertido las indagatorias acerca de los feminicidios en Nuevo León. Ensayo del error, de una verdad no verídica.
En “Seis personajes en busca de autor”, Pirandello hace decir al personaje del director enojado, que bien podría ser el fiscal general de Nuevo León: “¡Estamos ensayando! ¡Y usted sabe muy bien que no debe entrar nadie mientras estamos ensayando! ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren?”.
El personaje del padre, que bien podría ser el padre de Marifer, Debanhi o Yolanda, exclama: “Hemos venido en busca de un autor”. El personaje sorprendido e iracundo del director, que bien podría ser el fiscal general de Nuevo León, pregunta: “¿De un autor? ¿Qué autor?”. El personaje del padre, que bien podría ser el padre de Yolanda, Debanhi o Marifer, responde: “Del que sea, señor”.
Del autor intelectual y material, del que sea, señor. Ya basta que los fiscales revictimicen a la muertas y a las desaparecidas. En vez de dar resultados, por inconsistentes e incompetentes, provocan enfado, enojo, ira. Cincuenta muertas en lo que va del año en Nuevo León, y las que se acumulen hoy, mañana, pasado mañana…
