Por Carlos Chavarría
Qué bueno que se está buscando asegurar el abasto de agua hasta el 2050, momento en el que se espera atender los servicios de 10 millones de habitantes, qué malo que no sabemos a qué comunidad se refieren. Si es la de los desarrolladores que sembrarán filas y filas de mini casitas hasta el municipio de Sabinas, seguro estarán encantados y resueltos a empezar cuanto antes.
Pero si es la de esos desventurados 10 millones de habitantes de este desierto no creo que estén enterados y sepan en qué comunidad estarán afanando por su vida. ¿De dónde sacan que este pedazo de ambiente árido puede soportar 10 millones de homo sapiens modernos?
Es tan a la vista que la psique de los moradores de estas tierras ha evolucionado y no precisamente para bien, que asusta nada más de pensar que ese crecimiento que piensan impulsar ocurrirá, sin que exista un consejo o institución ejecutivas que de alguna manera determinen y supervisen las políticas de población para que nuestra comunidad logre y mantenga un perfil mínimo deseado de rasgos humanitarios básicos en su expansión.
Por supuesto que no se trata de radicalizar ningún tipo de patriarcado pero tampoco agudizar “el dejar hacer” que hasta ahora nos abandona nada más mirando los desastres en la calidad, la certidumbre, y la seguridad de vida que ya azotan por igual a todos los sectores generacionales que habitamos por aquí.
De aquellas comunidades que se sostenían en un profundo sentido familiar patriarcal, evolucionamos, por imitación, hasta modalidades de vida que no construyen comunidades, cuando mucho comunas aisladas, formadas por contemporáneos de la modernidad, esa que no echa raíces sino que viven en un mundo etéreo cada vez mas alejado de la realidad y sus problemas implícitos, que al verse desatendidos, se complican siempre.
De comunidades con una oferta de plan de vida y carrera con pocos elementos, como el estudio, trabajo, familia, frugalidad y ahorro, así como valores para la cohesión social también sencillos como Dios, Patria y Hogar; ahora se trata que cada quien construya su universo donde todo sea satisfactorio aunque el mundo alrededor se este auto destruyendo y desintegrando en la realidad, pero nadie parece querer darse cuenta [https://courses.seas.harvard.edu/climate/eli/Courses/EPS281r/Sources/Gaia/Gaia-hypothesis-wikipedia.pdf].
Nos parece monstruoso lo que ocurre en Ucrania y la terrible muerte de una más de las miles de jóvenes que a diario apuestan y pierden su futuro en uso de sus libertades, las mismas que ahora son absueltas de todo patriarcado y por tanto muy evolucionarias, en el sentido del modernismo decadente que tanto defienden, pero que en el fondo es altamente regresivo.
El materialismo consumista ha obligado a que las parejas; sean familia procreadora o no; ahora tengan que trabajar para no salirse de la competencia por el tener, cosa que ahora cuesta la vida entera no dejando espacio, ya no para educar hijos, sino para educar a los adultos en la renovación de valores que no cambiaran porque se haga una simple manifestación de minorías siempre insatisfechas.
Para enredar mas las cosas y dificultar mas el futuro, el propio estado busca ideologizar más aún a las generaciones de estudiantes en búsqueda de profundizar la complejidad por lo incomprensible para adjudicar las raíces de todos los problemas al maniqueísmo que suene abyecto. Claro que ideología sin análisis crítico es evitar toda intención evolucionaria concreta que pueda lanzarse desde la sociedad.
Poco a poco van desapareciendo todas las ventajas que obtuvimos al dejar nuestro ancestral nomadismo para convertirnos en comunidades adaptativas y bien cohesionadas, capaces de fijar cursos de acción plausibles y resolver los obstáculos que debían enfrentarse, a cambio de una deshumanización aceptada con docilidad gracias a los distractores informativos nacidos de la tecnología computacional.
Diez millones de enajenados metidos en un espacio que no los puede sostener con calidad de vida es hacer comunidad? De qué parte de la improvisada y circunstancial clase política actual emanará el talento que habrá de gestionar y conducir tal engendro de comunidad?.
Si nos detenemos aunque sea tantito en los órdenes de magnitud, nos daremos cuenta de que nadie está pensando en alguna versión seria y plausible de organización humana que se llame comunidad.
Vivimos en el contexto de una gran mentira [https://www.unep.org/resources/report/global-environment-outlook-1-life-earth], pues el largo plazo ya se nos vino encima, pero nuestro “falso orgullo regio” nos induce a sobreestimar nuestras posibilidades como red social, eso sin tomar en consideración que el año tomado como reto, el 2050, será un punto de quiebre para la humanidad entera en todos los ordenes: agua, energía, alimentos, contaminación, economía, etc., del que surgirá un mundo en involución que ni siquiera nos podemos o queremos imaginar.