Por Carlos Chavarría
“Cualquier régimen orgulloso de su administración de crisis, siempre encontrara una nueva crisis para operarla”
Eldeman, 1977
Cuando las sociedades son confrontadas con emergencias mayores y disruptivas, el destino de los políticos y de las políticas públicas penden de un hilo. Los actores del gobierno y sus críticos trataran siempre de eludir su responsabilidad y culpa, y aprovechar para consolidar y fortalecer su capital político.
Como nunca antes, estamos inmersos en los tiempos de la contradicción, la incongruencia y la irracionalidad. La pandemia no sólo exhibió la fragilidad del sistema económico, también mostró que para nada sirven los principios y la lógica, que tanto se pregonan como el substrato sólido sobre el que descansan nuestras posibilidades.
Todos los días las redes sociales y los medios de comunicación “formales” registran el desastre que somos, y a fuerza de convertirlo en lo cotidiano ya no nos detenemos a pensar en los riesgos que estamos jugando.
México, nosotros y nuestro gobierno no somos más que un ejemplo más del desorden moral e intelectual que es el derrotero que nadie parece querer dejar. Las crisis que saltan por todos lados son usadas por todo tipo de dirigentes, sociales y de gobierno para sacar ventajas pero no apuntando a un mejor futuro, de hecho aun no sabemos a donde quieren llevarnos.
A pesar de que ahora todo es anti intuitivo seguimos creyendo que persisten las bases que pronto permitirán que la entropía regrese al mundo equilibrado que perseguimos con ceguera total.
Algunas joyas demostrativas de los últimos días son de verdad para preocuparse, aquí en nuestras tierras todos los días ocurren decenas de asesinatos con armas y balas que provienen del mercado americano sin control, y ya nadie se inmuta; mientras, en los EEUU, en bien pocos días, dos jóvenes asesinan a mansalva a casi 40 personas, uno por odio racial y otro por razones de acoso. A pesar de todo ello, allá en EEUU no quieren limitar ni un tantito así la venta de armas a civiles. Los jóvenes de 18 años, pueden comprar un arma en EEUU, pero para comprar una cerveza deben probar que son mayores de 21 (¿?).
Ya nos estamos acostumbrando a la guerra de UCRANIA, a como se ven las cosas, pareciera que Rusia y los demás países poderosos se pusieron de acuerdo para provocar un conflicto que agudizara la carestía de todo para reacomodarase ellos mismos en el comercio mundial, mientras millones de inocentes sufren los embates del hambre.
Todos los expertos, y hasta sus creadores, están de acuerdo en que el modelo económico que nació del Consenso de Washington requiere fuertes ajustes para poder continuar operando, pero en el Foro Económico Mundial en Davos, están proponiendo profundizar esos defectos, siendo la corrupción uno de los mas debilitantes.
Vaya, hasta el Presidente de México, enemigo acérrimo de lo que él llama neoliberalismo, opina en el mismo sentido de las bondades que el modelo tendría si no prohijara la corrupción, pero en su gestión poco o nada se ha hecho para eliminar las malas practicas. ¿Qué nadie sabe que cumplir las leyes cuesta, y la corrupción abarata todo?
En tanto, todos los gobiernos el mundo practican el populismo transferista de migajas, y ya causaron que se desatara la virulencia inflacionaria mundial con todas las destructivas implicaciones que esto representa.
El intento de formar un bloque más amplio en América por parte de los EEUU, para aprovechar la transformación que ya esta ocurriendo en los mercados mundiales, se topó con el atraso político de los países del eje de São Paulo y en mala hora se mete AMLO en su absurdo desvarío intelectual en un pleito que ni le va ni le viene a México para defender lo indefendible. Quizá, como Echeverría en su tiempo, ¿ya está pensando en su futuro como líder del mundo?, ¿o en su carta de derechos y deberes económicos de los estados? Más patético no puede ser.
Para constatar la perdida de la racionalidad, basta visitar el sitio del Foro Económico Mundial de Davos y muy rápido nos daremos idea del tamaño de problema que enfrentamos cuando todos esos sesudos dirigentes y expertos concluyen y proponen por ejemplo: Kissinger propone partir a Ucrania en dos para evitar una guerra mundial, Soros presagia el final de la civilización si no se diseña un gobierno mundial, otros proponen: para asegurar la tasa cero de emisiones registrar lo que compras y comes, controlar la vida y la salud, y la más delicada, se propuso recalibrar las libertades.
“El poder de la racionalidad para guiar el progreso moral va de la mano de su poder para orientar el progreso material y las decisiones sabias en nuestras vidas. Somos una especie que ha sido dotada de una facultad elemental para razonar y que ha descubierto formulas e instituciones que amplían su alcance. Estas nos despiertan a ideas y nos exponen a realidades desconcertantes para nuestras intuiciones, pero que son verdaderas a pesar de todo.”
Steven Pinker, Racionalidad, Pag. 308.
