Por Malthus Gamba
Alejandro Moreno ya se encuentra fuera de México y en este momento es difícil saber si regresará al país en el corto plazo, o hará una estancia prolongada en algún país extranjero, para evitar que la justicia mexicana consiga detenerlo y procesarlo por diversos delitos que él mismo ha confesado, a través de los audios que aparecen cada semana en el programa “Los Martes del Jaguar”.
El presidente del PRI, quedó plenamente exhibido en la última entrega que hace dicho programa, al dejar constancia de que la lealtad, el compañerismo y la ética, no son parte de los atributos que acompañan a los políticos opositores.
Alejandro Moreno, en plática privada con quien parece ser José Murat (otro “destacado” priista), habla del dinero que reciben de los empresarios mexicanos que impulsan la campaña política opositora, que tiene como fin recuperar el poder perdido y que en este momento se encuentra en manos de funcionarios salidos de las filas de Morena y, sobre todo, en manos del presidente López Obrador.
Dinero que llega para apalancar candidatos, para financiar campañas y que sirve también para crear vínculos que obligan a los futuros representantes populares, a devolver el favor recibido para alcanzar el cargo, operando en beneficio de los intereses empresariales que les dispensaron un gran servicio.
Alejandro Moreno hace un recuento de los recursos recibidos de empresarios de diverso calibre, así como los que llegaron por conducto de lo que el denomina “el monopolio”, y que se supone representa a un poderoso grupo empresarial que mantiene el control de un espacio estratégico dentro de la economía nacional.
Pero la voz de Alito nos dice también otras cosas , respecto a sus intereses particulares. Hay un desprecio manifiesto hacia panistas y perredistas. Habla en esos audios de lo poco que le importan a él y al PRI que representa, la suerte que corran sus compañeros de la Alianza creada por Claudio X González.
Si panistas y perredistas van a la cárcel por denuncias e investigaciones iniciadas, allá ellos. “Mientras no nos toquen a nosotros, que hagan lo que quieran”.
Es imposible imaginar un acto de traición mayor, al que pone en evidencia Alejandro Moreno. Sacar ventaja particular de otros y tirarlos al cesto de la basura cuando ya no hacen falta. Pero el fondo de la traición está aún más abajo.
Alejandro Moreno señala a los Bailléres, Aramburuzabala, Legarreta y otros prominentes empresarios del país, como personajes a los que se debe explotar económicamente primero, para después aplicarles el rigor de la ley. Alito cuenta a su amigo, sobre las aportaciones en especie y efectivo que ha recibido de parte de este grupo de empresarios mexicanos.
Los llama tacaños. Los insulta y después advierte que una vez en el poder, impulsará leyes que los “pongan a temblar”. Leyes que vayan en contra de los intereses particulares de sus empresas. Al mismo tiempo que recibe beneficios económicos ilegales, de parte de la gente del dinero, Alejandro Moreno prepara una estrategia legislativa para dañar a sus financieros.
Hasta aquí la reseña de lo que conocimos ayer, en el nuevo capítulo que involucra a Alejandro Moreno con la delincuencia organizada, en su modalidad de delincuentes de “cuello blanco”. Alejandro Moreno ha sido exhibido públicamente, por culpa del propio Alejandro Moreno.
Esa inclinación personal que lo impulsa a utilizar a las personas para conseguir sus fines y a deshacerse de ellas cuando dejan de ser de utilidad, propició una traición en su equipo cercano. Los audios que se exhiben en este momento, necesariamente fueron filtrados por alguien de la entera confianza de Alito.
¿Ahora, con qué cara se mantiene dentro de la Alianza Opositora, Alejandro Moreno?
Acaba de aparecer el audio donde señala que lo que les suceda a panistas y perredistas, le importa muy poco.
¿Con qué cara va a solicitar el respaldo de la clase empresarial mexicana, si en voz propia los ha insultado de la manera más baja y ha dejado claro que si está en sus manos, se aprobarán leyes que lesionen los intereses de sus empresas?
¿Claudio X González tiene una personalidad idéntica en todos los puntos a la de Alejandro Moreno? ¿No le importan los demás y solo espera de ellos que respondan a sus intereses para desecharlos después?
Alejandro Moreno ha recibido el respaldo de los únicos aliados que le quedan. Los legisladores y cuadros que le son leales dentro del PRI.
Sacan un desplegado donde acusan al gobierno de persecución política en contra de su presidente de partido. Para ellos ha pasado de noche lo que Alito declara en los audios que lo exhiben tal cual es. No se han enterado de las autoacusaciones sobre lavado de dinero, delincuencia organizada, delitos electorales y otros más en que ha incurrido su dirigente nacional.
El lunes pasado fue cateada una residencia de lujo, propiedad de Alejandro Moreno. Hay denuncias en su contra en el estado de Campeche y otras que se investigan a nivel federal.
Alito dice salir del país para hacer del conocimiento de organismos internacionales, que su seguridad personal peligra, al ser un perseguido político del gobierno que encabeza el presidente López Obrador.
Esa estrategia desesperada la han seguido personajes como Ricardo Anaya, Rosario Robles y otros corruptos conservadores. Todos son perseguidos políticos y lo que viven en este momento es una venganza en su contra, de parte de un gobierno represor.
Hay demasiada evidencia en contra de Alejandro Moreno. Es muy probable que no regrese en el corto plazo a suelo mexicano. Fijará residencia en algún país de su agrado y desde ahí operará políticamente, para que la oposición recupere el poder en el menor tiempo posible.
Mientras tanto, en México, esperamos a ver qué consecuencias trae todo lo evidenciado en torno al presidente del PRI. Son muchos los delitos que él mismo confiesa.
Si los audios no pueden ser usados como prueba en contra del líder del PRI, sí sirven (y mucho) para iniciar investigaciones serias en su contra. Sobre todo en lo que respecta a delitos electorales, que deben ser vistos por las autoridades en el INE y en el Tribunal Federal Electoral.
El PRI defendiendo a Alito, se hace un flaco favor. Se conocerá que dentro del partido, todos son como él y por eso se da este encubrimiento.
Claudio X González, el PAN y el PRD, están en la misma situación. Defender a Alejandro Moreno es reconocer que la traición, y la falta de escrúpulos, son ingredientes infaltables en el grupo opositor.
La novela que aparece en capítulos semanales en “Los Martes del Jaguar”, aún no concluye. Veremos que otras sorpresas nos tiene reservadas.
Nada más que ahora el personaje principal en este drama se encuentra fuera de nuestras fronteras, intentado salvar su pellejo de cualquier forma.
