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Por Erika González Ehrlich

Como ya vimos en otra ocasión, el negocio que representa la refinería de Dos Bocas podría dejarle utilidades a PEMEX por 10,500 millones de dólares al año y la inversión de 12,500 que se hizo en ella se pagaría en poco más de un año de operación a partir de 2023, al final del gobierno del presidente López Obrador, dejándonos la infraestructura pagada totalmente y las utilidades futuras después de este período.

Sin embargo, el negocio es todavía mejor si consideramos toda la infraestructura de refinación, en la que invierte el gobierno federal para producir las gasolinas y el diésel, que abastezca todo el mercado interno mexicano de estos productos.

Hasta hoy el gobierno de México ha invertido un total de 20,150 millones de dólares en infraestructura de refinación, que incluyen los 12,500 millones de dólares en la construcción de la refinería Olmeca de Dos Bocas, 650 millones en la compra de las acciones de la refinería Deer Park en Texas y llegará a 2 mil millones en la remodelación de las 6 refinerías que ya existían, pero que estaban abandonadas a punto de convertirse en chatarra, e invertirá otros 5 mil en la terminación de una coquizadora en Tula, así como en la construcción de otra en Salina Cruz Oaxaca.

Con esta infraestructura terminada a principios del 2024, PEMEX podrá surtir todo el mercado nacional de gasolinas y diésel, que siendo muy conservadores, es de alrededor de 175 millones de litros diarios. Cada litro cuesta 4 pesos con 60 centavos, lo que incluye la exploración y extracción del petróleo, la refinación de los combustibles, su distribución hasta las gasolineras, los impuestos, los costos financieros y la depreciación.

Si el gobierno decide aumentarle 10 pesos con 40 centavos a cada litro y venderlo así en 15 pesos a los distribuidores, esto permitiría que ellos le aumenten todavía un 20% para que la vendan a 18 pesos al público, un 16% por debajo del precio actual, ya sin subsidio gubernamental para controlar el precio.

También permitiría que PEMEX ganara 1,838 millones de pesos diarios que son 92 millones de dólares. Con esta utilidad toda la infraestructura de refinación que se está terminando de poner a punto para surtir el mercado mexicano completo, se pagaría en poco más de 7 meses de venta de combustibles al mercado interno, a un precio menor del que pagamos hoy.

Adicionalmente, terminando el sexenio y ya pagado el costo de toda esta infraestructura, PEMEX recibiría alrededor de 34 mil millones de dólares anuales de ganancias sin aumentar el precio de las gasolinas y del diésel, que podría incluso utilizar en pagar la totalidad de la deuda infame en la que lo sumieron Calderón y Peña Nieto que asciende a más o menos 100 mil millones de dólares y que podría pagar en solo 3 años, volviendo a ser una empresa sana y exitosa para beneficio de todos los mexicanos.

Así es que no solamente vamos hacia la autosuficiencia en combustibles, lo que ya de por sí es un enorme beneficio que nos evita estar a la deriva en medio de las turbulencias internacionales de precios y de suspensiones en las cadenas de suministro, sino que estaremos haciendo el mejor negocio posible con la consolidación de PEMEX, además del control de la inflación, al poder manejar internamente los precios de las gasolinas y del diésel en función de nuestra propia conveniencia.

Como podemos ver, la lógica económica de la 4ª transformación está dándole una verdadera paliza al neoliberalismo en su propio terreno, demostrándoles a las potencias económicas cómo se hacen los negocios sin corrupción, sin deuda y con beneficio para todos, poniéndolos en un ridículo absoluto. Cada día tiene mejor sabor provocarles tanto ardor.

Como dijo el director de cine inglés Frank Oz: “Una vez que entras en el sendero de la ira, el miedo o el odio, ellos dominarán tu destino para siempre”.

Fuente:

// Sin Línea

Vía / Autor:

// Erika González Ehrlich

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Autor: stafflostubos
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