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Marcelo y Sheinbaum; Claudia y Ebrard

Por José Jaime Ruiz

@ruizjosejaime

La sucesión presidencial se perfila hasta ahora con dos actores: el canciller Marcelo Ebrard y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. No existe un candidato o candidata de oposición que los supere, Luis Donaldo Colosio, a pesar de algunas encuestas, prefiere mantenerse serenamente alejado; no adelantar vísperas es su estrategia.

Dentro de la contradictoria Cuarta Transformación, el diputado Gerardo Fernández Noroña patalea por un próximo hueso, sabe que la presidencia le está vedada, pero se presta para advertirle al presidente Andrés Manuel López Obrador que Claudia Sheinbaum no va en caballo de hacienda.

El senador Ricardo Monreal trata de meterse a fuerza a la contienda, pero está afuera. Una anécdota lo pinta de cuerpo entero: la semana pasada en un viaje terrestre a Puebla, su vehículo se descompuso y tuvo que pedir aventón: “Inconvenientes de carretera que suelen pasar. Vamos rumbo a Puebla, al Foro de Justicia; si nos ven, nos dan raite” (sic), tuiteó el senador. En efecto, su vehículo en la carrera presidencial está “ponchado”. Cuando López Obrador mencionó a las corcholatas la semana pasada en una mañanera, tomó en cuenta a Tatiana Clouthier y a Monreal ni siquiera lo mencionó.

“En el caso de Adán ­–dijo hace semanas Andrés Manuel– lo que hice ayer fue preguntar a los legisladores, pero no sobre la presidencia, les pregunto, porque sabía que iba a ser la respuesta, si consideraban que era un buen secretario y contestaron que sí y la verdad, sí. Lo otro no me corresponde a mí, es asunto del pueblo, no es conmigo, es con la gente”, comentó sobre Adán Augusto López.

La oposición no tiene candidato ni candidata, Lilly Téllez es una broma política. Va por México se encuentra descarrilado, sobre todo por la presencia impresentable de Alejandro Alito Moreno. La oposición ya no tiene tiempo para reinventarse.

La Presidencia de la República se disputará al interior de Morena y sólo hay dos candidatos viables, Claudia y Marcelo. Congruente y coherente con la 4T, Sheinbaum tiene el voto duro, es la rival a vencer, por eso ya inició la campaña de la derecha y de miembros de Morena en su contra. Ebrard tiene un espectro más amplio porque mantiene su fuerza dentro de la 4T y, al mismo tiempo, no es mal visto por el conservadurismo, para la derecha sería el candidato menos peor, por eso no hay una campaña en su contra en las redes.

Y así, Marcelo y Sheinbaum; Claudia y Ebrard.

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// José Jaime Ruiz

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Autor: stafflostubos
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