Por Obed Campos
Si Nuevo León tuviera un verdadero secretario de Gobierno y no un aficionado al golf (de quién sabe qué nivel, por cierto) la alcaldesa de Allende amanecería hoy lunes en Palacio de Cantera, casi casi en capilla, haciendo antesala para ser recibida y rendir una explicación de la crisis por la que atraviesa su municipio.
También si hubiera un verdadero mando de la Guardia Nacional en su división de vigilancia de caminos, el comandante (o como se llame el cargo de mando) tendría que estar rindiendo cuentas en la Ciudad de México por el mismo tema.
Y es que la grave crisis del agua, que apenas comenzamos a sentir en Nuevo León, ha sacado lo mejor y lo peor de la ciudadanía, pero también ha dejado a la vista las incompetencias de algunos líderes sociales como Patricia Salazar Marroquín, alcaldesa de Allende, Javier Navarro Velasco, secretario de Gobierno de Nuevo León y el tal comandante de la Guardia Nacional.
Claro que también ha sacado lo mejor, porque, aunque no se ve y no se habla de ello, ha habido muchos gestos de solidaridad.
Y es que la protesta legítima de vecinos que salieron en defensa de las escasas aguas del Río Ramos y que cerraron la Carretera Nacional, por mucho, la más importante vía de comunicación del estado, provocaron una fila de al menos 10 kilómetros por tres horas.
Unas horas antes, desconocidos le prendieron fuego a tubería que Agua y Drenaje iba a utilizar para sacar agua del Río Ramos en busca de paliar la sed de la metrópoli regiomontana.
Pero esta era una crisis previsible si la alcaldesa, el secretario de Gobierno y la policía (tanto la estatal como la federal) pensaran en actos de prevención. No es la primera vez que los vecinos se organizan en Allende para protestar por la crisis del agua, la cual si ha visto estatus sociales.
Las autoridades pudieron prevenir y negociar con los líderes comunitarios, que los hay, y evitar así que se regara la manteca.
Porque ya en el calor de la protesta, nadie quiso escuchar el megáfono de la alcaldesa, quien no es la primera vez que demuestra lo poco que sabe de política y la falta de tablas… Máxime cuando permitió que se hicieran presentes elementos del Grupo Antimotines de Fuerza Civil en una decena de patrullas, gesto que fue interpretado como una amenaza, aunque los policías jugaron a ser de palo y tener orejas de pescado, porque su presencia sirvió de adorno.
Y como le digo, si este nuestro querido estado tuviera autoridad al timón, las cosas serían muy distintas, porque la histeria es la peor consejera en cualquier tipo de crisis.
Así que Javier Navarro y Paty habían de tomar algún curso rápido de administración pública, en tanto que a los policías hay mucha capacitación que les hace falta y la verdad es que no se ve si tengan tantito remedio.
Ya que hay noticias: la crisis por la falta del agua va para largo.