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Por Francisco Tijerina Elguezabal

Esto se llama perseverancia en una buena causa y obstinación en una mala. // Laurence Sterne

No es por terquedad la negativa de los vecinos del sur que se oponen a la construcción de la Línea 5 del Metro elevada o a nivel, sino simple y sencillamente un asunto de lógica y ver la historia.

No todos los metros son subterráneos y muchas ciudades en el mundo los tienen aéreos desde el Siglo XIX, sin embargo en la toma de decisiones para su construcción influyeron muchos factores; es lógico pensar que resulta más económico construir a ras de suelo o inclusive por arriba, que aventarse la chamba de hacer túneles.

Sin embargo, lo barato a veces sale más caro.

Y es que no podemos negar la historia que los regiomontanos hemos vivido con el Metro elevado. Por donde quiera que pasa el Metro de Monterrey, salvo contadísimas excepciones, la plusvalía de las avenidas, además de la seguridad, se han reducido considerablemente y ese es uno de los principales temores de los inconformes.

Pero además, cuestión de simple lógica, en cualesquiera de los casos, ya sea a nivel o elevado, la construcción de esa línea del Metro significará una reducción de carriles en la colapsada avenida Garza Sada que a diario vive embotellamientos a cualquier hora del día y más aún los fines de semana.

Es cierto que ya no son muchas las personas que viven frente a la avenida, pero sí las que están a su alrededor y si Garza Sada está atiborrada a todas horas, el panorama no es muy distinto en Revolución o Lázaro Cárdenas, el cual se agrava cerca de lo que por años conocimos como “La Punta de la Loma”, es decir, el sector donde confluyen las tres arterias y que forma un permanente nudo gordiano.

La pregunta es sencilla: ¿cómo van a resolver la movilidad si le quitan carriles a Garza Sada y su prolongación en la Carretera Nacional?

La conexión que en su momento construyó Benjamín Clariond de Garza Sada y Lázaro Cárdenas ya cumplió su tiempo; fue efectiva durante muchos años, pero lo cierto es que es la causante del tapón que hoy padecemos. Resulta inaplazable el reformar esta obra como también lo es el ampliar la incorporación de Lázaro Cárdenas a Garza Sada al sur con un mayor número de carriles, porque el embudo que ahí se forma es parte fundamental del problema.

Todo lo anterior se requiere hacer haya o no Metro y eso es extremadamente urgente.

De nada sirve patear el bote y darles largas a las quejas de vecinos pretendiendo después hacer su santa voluntad como lo han venido haciendo el gobernador y su secretario de Movilidad. La gente del sur está lista y preparada para dar la batalla en todos los terrenos, el legal, el ciudadano y el mediático y transformarán un problema social en uno político tan pronto como se den cuenta de que les quieren jugar el dedo en la boca.

A nuestras autoridades les ha faltado oficio en las formas y la comunicación, no han sabido vender el proyecto y sus ventajas y aferrarse a la simple razón de que es más económico no es la solución, porque van a “medio arreglar” el transporte, pero van a convertir la zona en un caos y eso es lo que no quieren los encabritados del sur.

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// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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