Por Carlos Chavarría
Parece risible que la intrusión a las bases de datos y en general a la red de informática del SEDENA, haya tomado por sorpresa a todos, o hagan parecer que los chamaquearon. Pues no es creíble.
Hasta el Presidente López Obrador declaró que en el país no hay talento suficiente para violar todos los mecanismos de seguridad cibernéticos. Se equivoca el Presidente, y su equipo si de verdad se creen eso. Los mejores ladrones de información computacional son los que conocen las estructuras de datos, sus tablas y catálogos, y esos siempre son de adentro.
Por siempre, todos los gobiernos han administrado la verdad a sus pueblos, tratándonos como párvulos que no tenemos capacidad para enfrentarla. La realidad es que la transparencia es un peligro para los gobiernos que no hacen las cosas como se deben ni con los propósitos que se pregonan.
Con la excusa de la seguridad nacional se testan demasiados contenidos de información que deberían ser públicos.
México no es potencia mundial, pero su posición dentro del G20 sí lo convierte en sujeto de interés como para que alguien le interese robar información calificada de confidencial para los públicos nacionales, y que algunos quieran poner contra la pared al gobierno debido a negociaciones críticas.
Cuando Julian Assange logro romper los códigos y protocolos de seguridad de las redes de informática de la defensa de ellos EEUU, así como otras dependencias, estamos hablando del país mas expuesto ante los aparadores del mundo.
En el caso de nuestro país surrealista, “apuesta y no te equivocaras”, es tanta la perversión de la información que si se quiere buscar algo podrido sólo hay que asistir todos los días a las agendas de los diferentes niveles de gobierno, que usan las información para debilitar a alguien de interés político.
Son tantas las fechorías y tonterías que se hacen en la función pública que de hecho la Mañanera se diseñó para que el presidente se la pase todos los días bateando las bolas que le arrojan y que son producto fugas de datos o distorsiones inducidas desde adentro.
¿Acaso creemos que de la masacre de los muchachos estudiantes de la normal de Ayotzinapa, nadie sabe y nadie supo la verdad?. Ese operativo demencial fue de muchos y las mentiras emanadas por muy pocos, así que más temprano que tarde ni sentido tiene meterse en el trabajo de hackear nada.
Claro que hay que aparentar todo el temple posible y hasta reírse, como lo ha hecho ya el Presidente, pero el asunto es grave y es muy seguro que dentro del silencio debido de los cuarteles estarán haciendo una investigación, esa sí a fondo, de cuál fue el empaque se debilitó y que provocó la fuga.
El fondo del asunto es tan viejo como la historia de la humanidad. Desde que desarrollamos la habilidad de hacer construcciones mentales, empezó la batalla entre la verdad y la mentira, y en una muy equivocada e infantil manera de operar, algunos suponemos que ante todo problema lo mejor es mentir por principio, y ya después aclarar la verdad, si acaso se requiere y si no, mejor seguirle igual.
Aprendimos las habilidades del lenguaje hace 30,000 años, y podrán pasar otros 30,000 y todo seguirá igual, el recurso más socorrido ante lo que se hace mal será mentir. ¿Dónde esta eso de que el ser humano es un ser racional? pues en la filosofía, porque en la gobernanza lo que rige es mentir, distorsionar, ocultar, y si no funciona, se volverá a mentir, distorsionar y ocultar.
Putin empezó el asalto de Ucrania con una mentira justificante de la nazificación de aquel país, resulta que en todo caso es judaizante, no tiene importancia, se hace un referéndum escrito con la punta de las bayonetas y resulta que los ucranianos quieren en un 80% ser rusos (¿?). Ejemplos recientes hay de todas las clases, no tenemos remedio.
El espionaje guacamayo fue una probadita de lo que viene. Si algo tienen los ejércitos es un escrupuloso manejo y registro de todo y de todos, por aquello del deslinde de responsabilidades, que es muy severo en los medios castrenses.
Ya iremos viendo poco a poco como se descorren más misterios, antes sin resolver, ahora expuestos a la vista de todos. Por lo pronto ni que dudar de que habrá giros sorprendentes en los asuntos de gobierno, desde aquellos donde se recurrió a Chico Che, hasta los desplantes del ejecutivo por diversas negociaciones en curso.