Por Francisco Tijerina Elguezabal
No hay que llegar primero,
hay que saber llegar
José Alfredo Jiménez / “El Rey”
Todas las encuestas coinciden, Claudia Sheinbaum, la Jefa de Gobierno de la CDMX, va a la cabeza en las encuestas rumbo a la Presidencia de la República en el 2024 y lo hace con un amplio margen sobre sus posibles contendientes.
Con una oposición dividida y sin aspirantes que destaquen a través de la vía independiente, diese la impresión de que el camino para doña Claudia está más que pavimentado, sin embargo no puede, ni debe, cantar victoria.
Al sobresalir faltando tanto tiempo para las elecciones, a Sheinbaum le colocan una “diana” para que todos busquen descarrilarla, ella es el único objetivo visible y el trofeo más preciado para el resto de los contendientes y los partidos.
Hay quienes afirman que es la favorita del presidente, sin embargo carga en su espalda el peso de las críticas y enemigos de Andrés Manuel López Obrador, por lo que buena parte de su imagen e intención de voto están íntimamente ligadas a la suerte del Primer Mandatario.
Aquí, vale la pena recordar una historia bastante similar.
En el 2012 Margarita Arellanes llegó a la alcaldía de Monterrey con una contundente victoria de casi 90 mil votos por encima de su contendiente Felipe Enríquez. La frescura de su campaña, su personal estilo de gobernar y su belleza la colocaron de inmediato como una posible aspirante a la candidatura panista por la gubernatura en el 2018.
A lo largo de poco más de dos años Arellanes apareció a la cabeza en las encuestas, supo sortear vendavales y tormentas, rompió esquemas y paradigmas, se impuso (en teoría) a los grupos al interior del PAN y fue construyendo una imagen fuerte y sólida que parecía no tendría oposición para alcanzar la gubernatura.
Margarita supo y pudo avanzar a pesar de críticas y cuestionamientos, de errores de cálculo político y mediático, al final siempre encontraba una forma de dar vuelta a la página y mantenerse como “la favorita” en las encuestas.
Sin embargo la historia cambió cuando pidió licencia al cargo de Presidente Municipal para contender en la campaña interna panista para la nominación. Ahí los grupos que manejaban el PAN le dieron la espalda y orquestaron en su contra una campaña negativa que la hizo perder la candidatura, misma que en buena medida fue apoyada también por el PRI y el Gobierno Estatal. Al final el PAN perdió la oportunidad de regresar a gobernar el Estado y el PRI de tener a una rival debilitada para pavimentar el triunfo de la que fue su candidata y de esta manera llegó al gobierno, con una aplastante victoria, el independiente Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”.
Esta historia se puede repetir si la doctora Sheinbaum y su equipo no atienden la lección. De poco o nada sirven los apoyos que hoy se tienen y ser la mejor calificada en las encuestas en este momento, a pesar de llegar al 2024 en esa posición, si a la hora buena se falla y todo se rompe.
Como decía José Alfredo, el secreto no está en llegar primero, sino en saber llegar.
