Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
Samuel Alejandro García Sepúlveda, gobernador constitucional del estado libre y soberano de Nuevo León: vino nuevo en odre viejo. Analfabeta funcional del poder, no sabes ejercerlo. Pantalón cortito (de un solo tirador), te pretendes de pantalón largo, pero tu investidura de gobernador se reduce a un traje de Buzz Light Year. Pretendiste un nuevo Nuevo León, en realidad tu cambio es reversa, sí, la reversa también es un cambio.
En una sociedad abierta a las redes sociales, tratar de embaucar a los ciudadanos, gobernador, termina por embaucarte a ti mismo. Todos te chamaquean, desde el presidente Andrés Manuel López Obrador, a través del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, hasta el PRIAN de Chefo Salgado y Paco Cienfuegos. El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, te impone la comunicación social y la obra pública.
Los síntomas de Narciso te ahogan. Eres doctor tres veces en quién sabe qué cosa, le tuerces la mano a las autoridades universitarias para que te otorguen summa cum laude y, frente al elogio doctoral, los ciudadanos te la mientan con summa cum vituperatio.
La publicidad, queriendo devenir en propaganda, es tu autoengaño. Los medios de comunicación y las redes sociales te cobran, y te cobran harto, no obstante, no te salvan de tu declive. Reprobaste tu primer año de gobierno y no lo quieres aceptar, es lo peor para un político. Y sí, primero lo primero: reprobar.
Dice el tesorero de Jaime Rodríguez Calderón, el Bronco, que también es tu tesorero, Carlos Garza Ibarra, que tu gobierno recaudatorio ha subido en 19 por ciento sus ingresos y, sin embargo, hay cero por ciento en obra pública. Las inversiones, como el Acueducto 2 de El Cuchillo, vienen de la federación, no de tu gobierno.
Samuel Alejandro, Roma no se hizo en un día, cierto, pero ningún César la arruinó en un año, como tú lo has hecho en inseguridad, movilidad, corrupción, contaminación e impunidad. Además, síndrome de Pinocho, la clase política no te cree, ahí está el video de Chefo Salgado donde te denuncia por no cumplir los acuerdos políticos.
Tienes un problema con la clase política, clase que no te baja de traicionero. También tienes un problema de representatividad porque si crees que los bots te representan, no conoces a los votantes. Los ciudadanos, después de un año de des/gobierno asumen que ya no los representas. Samuel Alejandro, perdiste un año y nos hiciste perder un año.
Como doctor que eres, espero que conozcas lo que escribió Eugenio del Hoyo sobre güerco, o huerco, ese arcaísmo que te queda como añillo al dedo, ese sustantivo sefardí y tan norteño. O le puedes decir al nimio incorruptible de Glen Zambrano Villarreal que te lo explique, tan erudito él en banalidades fílmicas.
Samuel Alejandro, tienes tiempo y ganas. Como los universitarios que reprueban su primer examen, obtienes una segunda oportunidad. O das una sacudida en tu forma de gobernar, de administrar, un golpe de timón, güerco, o simplemente te sigues ahogando. Y recuerda a Mateo 9:17: “Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan”.
