Por Carlos Chavarría
En la diatriba cotidiana de la presidencia, la del 12 de Octubre de los corrientes, el Presidente no tuvo ningún empacho en invitar a la oposición “conservadora”; como él los llama; a que le digan a la gente que mantendrán los programas sociales que esta administración ha convertido en derechos constitucionales y que son la fortaleza electoral del régimen, que al decir del propio presidente lo protegen de todas las críticas que se hacen a su gestión.
Bueno es que nuestro presidente al fin confirma lo que se dibujaba de su administración desde los primeros días, y que anunciaba como el emblema de su gestión. Malo que los programas sociales, se hayan convertido en mas de lo mismo que tanto usó como discurso contrastante respecto a sus antecesores.
Que complicado se ve el panorama económico del país, habida cuenta que los derechos concedidos superaran pronto el gasto federal y en tal virtud se han tenido que quitar recursos a muchos otros programas y funciones que de suyo disponían de públicos que debido a su bajo interés electoral, ahora están desatendidos, o proyectos que se tuvieron que abandonar en diferentes áreas de la organización gubernamental para sostener lo que solo les interesa para ganar elecciones.
A estas alturas del sexenio ya es demasiado obvio que todo es y será motivado por un objetivo electoral: asegurar el triunfo de MORENA en el 2024 para poder profundizar el retorno al partido de estado que tanto daño causo en casi todos los órdenes.
Es una lástima que con esta será, no la cuarta transformación sino la cuarta administración consecutiva, electa democráticamente, que desperdicia otros 6 años en pos de reivindicaciones de grupos de políticos, cuya intención subyacente es solo alcanzar ese viejo estadio de poder absoluto contra el que la humanidad ha luchado por siglos y que nuestra inmadurez como democracia no logra erradicar de la mente colectiva, pues tenemos suficiente experiencia para saber que se repetirá el ciclo de desgaste de la energía de nuestra gran nación en aras de satisfacer el engaño de unos cuantos.
Con los reacomodos de algunos personajes, se deja sentir los primeros signos de querer mover al país entero al aislamiento de la realidad que priva en la mente del Presidente y sus más cercanos. Parafraseando al Presidente López obrador: Los prefiero leales que capaces!.
Solo así se explica todos los frentes de conflicto que se mantienen abiertos en temas tan concretos como la reforma eléctrica, la degradación de la paz social, el encumbramiento del ejército como centro de poder político, y la condena siempre permanente de mantener al pueblo sometido por su ignorancia y muy pobre educación política.
Que demencial resulta que todo un frente político emergente, como lo es MORENA, se alinee con un eje de acción y discurso que siempre busca dividir a los mexicanos mediante el reforzamiento del odio clasista y acabar con todo esfuerzo individual destinado a progresar, a sabiendas de que sin la motivación y la esperanza ningún ser humano pondrá sus mejores habilidades a favor de la sociedad entera.
Que pusilánime se ve una oposición sin forma y sin oferta para el futuro, excepto mantener el estado de cosas, de un liberalismo acomodaticio no comprometido con la solución de los problemas que venimos arrastrando y por lo mismo sin valor intrínseco. No se puede decidir entre regresión o estancamiento como únicas opciones.
Hemos convertido a los imperativos categóricos incondicionales en basura, por fuerza del aislamiento de los individuos y el mantener nuestras creencias en el terreno de la mentira para olvidar nuestra realidad, que siendo naturalmente inestable hoy le agregamos el peso de nuestra indiferencia de lo público.
Veamos lo que está ocurriendo en el entorno, estudiemos lo que pasa en Perú, en Colombia, Chile, Argentina, Ecuador y Brasil donde la concentración en temas y diferencias ideológicas hace que se olviden los postulados básicos formativos de la sociedad, que son la negociación, el acuerdo y el manejo del conflicto en torno a la constitución y no deben hacerse a un lado, so pena de condenarnos al subdesarrollo por siempre.
Hace ya mucho que las clases políticas se alejaron de la sociedad y se pagara un alto precio por dejarles a unos cuantos que decidan nuestro futuro.