Por José Francisco Villarreal
Sin duda que Egipto estará de moda mientras funcionarios locales anden turisteando en la COP17. Y se pondrá peor cuando regresen, porque, al obligado informe público de actividades, se sumará el cacareo de logros y expectativas, que suelen ser, ambas cosas, visiones luminosas del futuro. Es decir: puros planes felices. En honor a esta temporada egiptófila, no hallo si momificarme o tomar cerveza (los antiguos egipcios fueron adictos consumados… a ambas cosas). Como no me hace gracia que conserven mis órganos en frasquitos ni que me enrollen con trapos embarrados de resina, optaré por la cerveza. ¡Salve divina Sekhmet! Y en honor a ese viaje, presumiblemente a cargo de erarios locales, los ilustres funcionarios nuevoleoneses deberían desquitar el gasto y su inoportuna ausencia de sus responsabilidades locales. Hay mucho qué aprender de los egipcios, los viejos y los nuevos. El manejo del agua, por ejemplo; o la unidad social alrededor de las instituciones que, en el viejo Egipto, eran los templos, y hoy podrían ser los organismos autónomos… una fiscalía, por ejemplo. Las selfies con celebridades, en las ruinas, o con turbante, o sobre la joroba de un camello, no arreglan un café con leche. Alguna vez charlé brevemente con Celia Cruz, y con eso ni canto mejor ni sé bailar salsa.
La ausencia de por lo menos el gobernador del estado y alcalde de Monterrey, sucede en momentos muy críticos para la administración pública y la gobernabilidad. Las renuncias de primer nivel en Monterrey y la accidentada elección de un fiscal estatal, son temas que hay que enfrentar con determinación y, si no hay sabiduría, por lo menos con astucia. No estar disponible no anula el tema ni la discusión. En el caso del estado, ahora con el extraño retorno de Aldo Fasci como vocero y asesor estatal, no hay garantía de un diálogo sereno y sensato. Ni la sensatez ni la serenidad son virtudes del sumo sacerdote “ad vitam” de la seguridad. Aunque en este caso, no creo que sea peor que el propio gobernador, que ha sido hábil para manejarse en redes, pero no ha tenido esa gracia para lidiar con la exposición en medios. En cuanto a sus asesores, creo que hasta ahora no han sido tan asesores, más bien sofistas hábiles para justificar los dislates de su patrón. Ni la fracción-facción legislativa de MC ha sido capaz de acotarlo.
En cuanto a esta administración municipal de Monterrey, es sabido que trabajé ahí algunos meses, como modesto pero diligente monitorista de medios. Pero mi formación me obligó a enterarme en dónde me metía. No hablo de los laberintos de grillas y compromisos, sino del proyecto de gobierno. Creo que es un buen proyecto, aunque en algunos aspectos casi toca la utopía. El problema surge cuando un proyecto creado con muchos tintes de humanismo se pone a cargo de humanos. Los humanos siempre estaremos debatiéndonos entre el honor y el cinismo, la lealtad y la servidumbre. Hay renuncias por honor o por cinismo; y hay adhesiones por lealtad o por servilismo.
La casi “utopía” del joven Luis Donaldo no es tan imposible de realizar y así dejar de ser utópica. Pero me temo que acarrearía fricciones y rupturas incurables con grupos de poder político y económico, e incluso dentro de su propio equipo. Es decir, el adiós definitivo a una candidatura presidencial para el próximo sexenio.
Colosio ha sido rejego y se ha declarado contra esa posible candidatura que algunos medios (uno o dos) llevan meses promoviendo obsesiva y sospechosamente. Menuda disyuntiva: cumplir con su proyecto y posponer esa candidatura, o matizarlo para no enfrentar a nadie y dejar abierta la posibilidad…
En cualquier caso, para García y para Colosio, ir a Egipto en este momento, aunque fuera un viaje previsto con anticipación, deja cabos sueltos que sus vocerías oficiales o artificiales van a atar mal. Cuando regresen no van a encontrar moños sino nudos. Por más logros que presuman y nuevos amigos que hayan hecho en África, van a tener que enfrentar estos pendientes. No hay más que de dos sopas: o desenredan los nudos o los enredan más. No les queda más remedio que confiar en que el “grito de Dolores” de Lorenzo Córdova haga más ruido que sus (nuestros) problemas domésticos.
Aunque, ya que andarían por Egipto… Les cuento: hay una diosa egipcia, mi diosa favorita, que se llama Sekhmet. No tiene pierde hallarla. Si tiene cabeza de leona y anda bien borracha, ¡esa es! Cuando anda peda es muy méndiga, cuando anda cruda es peor, pero si le hallan el modo, es bien camarada. Aparte de sanar enfermos, también favorece el triunfo sobre los enemigos. Se le convence muy fácil: ofreciéndole cerveza. Eso sí, ¡mucha cerveza! Búsquenla, invítenla al antro, ofrézcanle barra libre, y seguro les hace el paro con sus malquerientes locales. Eso sí: ¡nada de enlaces en vivo! Luego así se hacen los chismes.