Por Francisco Tijerina Elguezabal
¿Cuándo entenderán nuestros políticos que, primero, no están ahí para jugar las “vencidas” y, segundo, que a nosotros, “Juan Pueblo”, lo único que nos interesa son los resultados?
Votamos por ellos porque se comprometieron a resolver los problemas, pero resulta que cuando ganan se andan peleando entre ellos para danos la solución sin dárnosla, y así se gastan el tiempo y los recursos en pelearse en una lucha sin sentido por aplastar uno al otro.
¿De qué va todo este sarao por la elección del Fiscal General de Justicia?
Cuando lo verdaderamente importante debería ser el contar con el mejor elemento que exista no en Nuevo León, sino en México y el planeta para resolver la gravísima, repito y subrayo para que se entienda, gra-ví-si-ma, crisis de inseguridad que hoy padecemos, aquí los chamaquitos se andan peleando cuan pubertos de secundaria por definir quién pone al fiscal.
¿Es en serio?
La política es el arte de hacer consensos, de privilegiar el mandato de las mayorías sin avasallar los derechos de las minorías, de buscar el bien común, de anteponer lo importante por encima de los intereses personales, pero aquí el único pleito es ver quién gana y se impone al adversario y en eso estamos mal.
¿Cuántos muertos, ejecutados y colgados de puente más necesitan para aplicarse y resolver sus diferencias? ¿No se dan cuenta del avance del crimen organizado en nuestro entorno y de la inaplazable necesidad de ponerse a trabajar para dar resultados?
No señores, no nos interesa si es Chana o Juana, lo que queremos son resultados y mientras ustedes sigan con sus pleitos no vamos a poder dar un paso al frente y empezar a resolver el problema.
El punto es: ¿hasta cuándo?