Por Francisco Tijerina Elguezabal
Y a casi un año de aquella fatídica noche en que lo perdieron todo, los vecinos de “El Pozo” siguen esperando la ayuda tan publicitada, anunciada y políticamente aprovechada por nuestras autoridades que al final quedó en la nada.
En los días recientes, como en aquel principio de año, el frío heló sus hechizas viviendas de posesionarios y hubieron de conseguir calor de cualquier forma posible, arriesgándose a una intoxicación o a vivir otro incendio como aquel que los dejó sin morada.
Después del siniestro fueron una y otra y otra vez autoridades de todos los niveles, les llevaron ropa, comida, materiales, les prometieron una y mil veces que los reubicarían, que les darían casas, que los llevarían a un mejor lugar y a casi un año siguen en el mismo sitio, con las mismas carencias, pero sin la atención de aquellos momentos de apremio en los que la vida parecía por fin sonreírles y darles una esperanza de futuro.
Los habitantes de “El Pozo” dejaron con el tiempo de ser noticia, como lo ha dejado de ser Debanhi y las otras chicas muertas, como lo son tantas cosas al aparecer en la agenda nuevos temas.
¿Quién recrimina a nuestros políticos su falta de palabra?
Se va a cumplir un año, ¿ya mero llegan?