Por Francisco Tijerina Elguezabal
Todo sea por pegarle al popular, no importar el daño y los alcances, aquí hay que simular que estamos del lado de los humildes, ponerse la capa de héroe y andar pontificando aunque en la realidad no se haga nada en favor de los más amolados.
No hay que ser científico de la NASA ni una chucha cuerera para darte cuenta de la emergencia ambiental que se vive en el zona metropolitana de Monterrey, como tampoco es necesario tener estudios de postgrado para comprender que vivimos en un caos por la falta de vialidades. También, no se requiere de dos dedos de frente para entender que todo esto ocurre por la falta de un transporte colectivo eficiente, moderno y seguro.
Todo lo anterior redunda en que cansados, muchos buscan la manera de hacerse de un vehículo propio para evitar el gasto y desgaste que significa el andar en nuestros destartalados camiones y un sistema de Metro que es una bazofia.
Pero, siempre hay un pero, con el precio de los autos apenas se alcanza para adquirir un mueble viejo y muchas veces “chocolate”, indocumentado, sin papeles, que contamina más que el cazo de los elotes de don Chon que los calienta con maderas viejas que hacen más humo que un ruta 13.
Así, la propuesta del tóxico, incongruente e inconsciente diputado Waldo Fernández, de ampliar el periodo para la regularización de autos de procedencia extranjera es un atentado contra el medio ambiente metropolitano, que a él le redunda en posibles votos, pero que a todos nos viene a pegar en la salud.
Descarado y cínico, Waldito todavía ha llamado a los otros partidos tóxicos, cuando el verdaderamente tóxico es él.
Sería recomendable que antes de abrir la boca el diputado analizara un poco lo que pretende declarar o que de perdido lo ponga a consideración de un buen asesor que le haga ver las tonterías que pretende divulgar.
Conectar la lengua al cerebro es un buen antídoto para no decir tonterías.