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Por Félix Cortés Camarillo

Me complace enormemente la cantidad de escritos que han salido a defender a la ministra presidente de la Suprema Corte, doña Norma Piña. Realmente, ella no lo necesita: muy bien se defiende con sus dichos y sus hechos. Para el caso de la ceremonia del cinco de febrero en el Teatro de la República de Querétaro, por sus gestos, y en seguida por su verbo. Para estar en la sintonía de la serie de Beisbol del Caribe agarró fuera de base a la novena de Palacio.

Yo me quiero referir a la esencia de ese discurso en el aniversario de la Constitución Mexicana, que puede resumirse en el respeto que los poderes deben rendirse unos a otros, en la necesidad de tolerancia entre las diferentes maneras de pensar y decir y, sobre todo, en el sometimiento bajo al que todos los mexicanos debemos poner nuestros intereses personales o de gremio en beneficio del bien supremo de la suprema comunidad, la Nación.

Me percaté mayormente de ello la noche del martes al escuchar al presidente Biden ante el Congreso de los Estados Unidos en lo que allá se llama discurso sobre el Estado de la Unión. Nosotros hablamos de un Informe anual de labores del presidente.

Muy consciente de que en la cámara Baja, la de los Representantes el partido de su oposición, el Republicano, tiene ventaja, así sea de un voto, y de que su índice de popularidad se encuentra en un bajo nominal, Joe Biden acudió con un discurso cargado de humildad, modestia y mano extendida. «Folks», que el traductor dijo quiere decir amigos, usó repetidamente el presidente para iniciar un párrafo o cambiara de tema. En esencia, además de subrayar al inicio sus logros de aumentar históricamente el número de empleos nuevos y su compromiso de no reducir pensiones ni salud pública, su mensaje fue de conciliación. De poner fin a las confrontaciones incesantes y de los pleitos de partidos para poner por encima de todo el interés nacional. Hacer orgullosamente a los Estados Unidos autosuficientes, acotando las importaciones chinas sin mencionarlas, para ser autosuficientes: así se anunció la megaplanta productora de chips electrónicos cuya escasez puso de cabeza a la línea mundial de suministros industriales de alto espectro.

Quiero suponer que cuando dice abastecerse de productos manufacturados en América nos lleva en el tandem; por aquello de los tratados de libre comercio entre los tres países de Norteamérica.

No creo que haya necesidad de señalar más. Mientras el presidente López sigue y seguirá empeñado en la riña y el desdén, en la descalificación de todos los demás, el vecino del Norte inteligentemente apunta hacia la conciliación en ventaja del bien mayor, el de su país. Con una prudencia, señora prudencia, digna de imitar.  

PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): en política, fondo es forma, nos dejó de herencia don Jesús Reyes Heroles además de la reforma política. El gesto de la presidente de la Suprema Corte el cinco de febrero en Querétaro envió un mensaje político claro; la despedida de mano de Joe Biden a su salida del Congreso anoche mandó uno similar aunque en sentido contrario.  

‎felixcortescama@gmail.com

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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