«La señora Denise Dresser —escribe José Jaime Ruiz— a quien algunos todavía la ensalzan como politóloga y académica y otros simplemente la califican como agente de la CIA, decidió demandar al presidente». Al respecto, Ruiz apunta: «Si la gota que derramó el vaso proviene de febrero del 2022, ¿por qué la señora Dresser dejó pasar marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto… y hasta septiembre del año pasado metió la demanda?»