Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Siempre, todo, está relacionado”
Yomero
Sería mucho pedir que los chamacos que hoy manejan el Municipio de Monterrey comprendiesen que el origen de su muy, bastante, mucho, recaudatoria campaña de prohibir que los vecinos estacionen sus vehículos junto a los parques públicos, son hechos que los ineficientes gobiernos que padecemos provocan.
Las familias regiomontanas tienen varios vehículos principalmente por el pésimo servicio de transporte público que tenemos. ¿Pero qué van a saber los muchachitos si jamás se han subido a un camión o al Metro?
Las casas “normales” pueden tener o no cochera, pero en muchas colonias no alcanzó para eso y sus habitantes se conforman con dejar el vehículo en la puerta; de sentido común y buena vecindad se estila respetar el frente de cada casa, pero no siempre ocurre y no todo el mundo tiene dinero para andarse pagando un “exclusivo”.
Hay sectores, como Mitras Centro, en donde la afluencia de estudiantes que acude al área médica de la Universidad satura los espacios, además de que hay montones de negocios y hasta dependencias de gobierno, junto con escuelas, que no dejan un milímetro libre.
Y entonces te queda el parque, ese espacio grande en el que todos podemos estacionarnos y qué mejor si este queda frente a tu domicilio, porque no te la vas a jugar dejando el mueble a ocho cuadras de tu casa con peligro de que se lo roben o que te asalten a ti en el camino gracias, otra vez esa relación causa-efecto, a la eficiente y muy capaz policía que tenemos.
De manera que es necesario hacer entender a los imberbes pazguatos que los ciudadanos no estacionan los vehículos en el parque por gusto, sino por necesidad, porque no hay dónde más dejarlos, de manera que su campañita de hacer dinero rápido con las grúas termina siendo un doble atentado contra quienes votaron por ellos para llevarlos a la silla que hoy ocupan.
Un gobierno debe ser sensible y solidario, sobre todo con las muchísimas cuestiones en las que falla o es incapaz de atender las necesidades públicas. Pero vamos, en Monterrey no existe eso, ahí hay depredadores que buscan cómo arrancar el dinero de los ciudadanos y lo que menos les importa es el origen de los problemas; su cadena es de un solo eslabón y para atrás no saben ni les interesa la historia.
