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Por Félix Cortés Camarillo

Como decía mi padre, que en Gloria no está seguramente, ahora los padrinos son los novios, o los patos le tiran a las escopetas. Es la conseja popular mexicana que expresa la figura que mejor define al ejercicio del poder político: la rueda de la Fortuna. Ahora estás arriba; muy pronto te miraré desde las alturas.

Contrario a mis usos y costumbres y sin afán de pitoniso puedo pronosticar que ni el Dr. Francisco Garduño Yáñez, todavía cuando esto escribo Comisionado del Instituto Nacional de Migración ni su jefe directo Don Adán Augusto López Hernández tendrán que enfrentar sus responsabilidades por el asesinato en hornacina de 40 migrantes en una cárcel clandestina en Ciudad Juárez.

En este mismo sitio dije en aquellos días que la muerte cínica y cruel de estos pobres migrantes equivalía para López Obrador a su muy personal Ayotzinapa y que el secretario de Gobernación era su Murillo Karam.

También dije y lo creo, que todo el bochornoso caso quedaría impune y que, como el hilo siempre se rompa por lo más delgado, que la condena judicial de estos homicidios caería sobre los últimos eslabones de la cadena de irresponsabilidad criminal. Ya nos dijo el presidente López que hay detenidos; ya nos enteramos que entre ellos está uno de los migrantes que, sin duda queriéndose suicidar por asfixia y combustión, le prendió fuego a los colchones sobre los que sus compañeros de cautiverio ilegal dormían sin esperanza. Irán al bote. Sí, ahora los padrinos son los novios y los muertos son culpables de su propia ignición y los heridos de su propia miseria.

Pero ni el doctor Garduño, que es un oftalmólogo metido a la política, ni el licenciado López Hernández pisarán la cárcel ni conocerán el flagelo del despido. Puede ser, por el contrario, que disfruten el privilegio de la promoción laboral.

Por una sola causa, que no razón: ellos dos, como muchos integrantes del Cuatrote, ejemplifican de una manera asaz lamentable el principio de administración pública que su jefe, el presidente López ha definido, y ante el cual nadie se puede llamar a engaño. Para Lopitos, los requisitos imprescindibles de un perfecto servidor público se definen como un diez por ciento de capacidad y un noventa por ciento de ciega lealtad. Evidentemente, ambos funcionarios que tienen responsabilidad en la muerte de 40 personas y las heridas graves otra docena tienen el escudo protector de esa ecuación que califica al gobierno actual mexicano.

El presidente López ha estado dándole largas al asunto, aprovechando la llamada Semana Mayor y condicionando cualquier acción ejecutiva, que es lo suyo, a los resultados de la investigación que tiene en sus manos la Fiscalía General de la República.

Nada me daría alegría mayor que equivocarme en estas predicciones.

PARA LA MAÑANERA, (porque no me dejan entrar sin tapabocas): Debo reconocer que me gusta el juego. Apuesto, lo que quieran, a que la carretera de Monterrey a Colombia para abrirle le nueva ruta al señor Musk para abastecer el mercado norteamericano no se termina para las Navidades de este año. 

Desde luego, no dije que Samuelito no la inaugure antes de esa fecha. Tendrá que pedirle permiso a los malitos que mandan en la zona fronteriza.

‎felixcortescama@gmail.com

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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