Por Carlos Chavarría
El nuevo, aunque Presidente de Brasil en segunda ocasión, después de ganar la elección frente Bolsonaro, se quejó ante el mundo del porqué no se puede comerciar con las monedas propias de cada país.
Como todos los países quisieran, Lula Da Silva desearía, que su moneda fuera aceptada tanto como el dólar americano, el euro o la libra inglesa.
El Presidente Lula no es ningún ignorante en materia económica, tanto como en historia de la economía y conoce el largo pasado de las monedas, porque el dinero tiene un pasado tan viejo como el sedentarismo de la humanidad y las razones que dieron origen a un sistema monetario mundial, cuyo último capitulo fueron los tratados de Bretton Woods, firmados al final de la Segunda Guerra mundial.
Todos los gobiernos populistas, que se hacen y afianzan con el poder mediante promesas a sus habitantes que están más allá de las posibilidades reales de sus economías, siempre tratan de financiar sus déficits públicos, primero a través de deuda; lo cual es insostenible en muy corto plazo; para luego recurrir a la emisión primaria y todas las maniobras para mantener el favor electoral de sus votantes.
A pesar de las crisis de los 80´s del siglo pasado e incluso en la crisis actual postcovid, que le enseñaron de nuevo a todos los gobiernos, que las presiones inflacionarias producidas por la expansión monetaria en todas sus formas, dinero o bonos, tarde o temprano despojan de valor a sus monedas, todavía algunos caen en la tentación que habrá de llevarlos al camino de la depresión económica y la perdida de bienestar que tanto pregonan como ejemplo de su gestión.
Muy en especial los países latinoamericanos que se agruparon en torno al llamado Socialismo del Siglo XXI, impulsado por el mismo Lula de Brasil y financiado por los excedentes petroleros de Venezuela, hoy están entrampados y tratan de salirse del hoyo que ellos mismos cavaron. Se dieron gusto cuando los precios del petróleo estaban por arriba de 100 dólares .
Cuba culpa hoy a Venezuela y Rusia de la crisis energética y del desabasto endémica que padecen. La Argentina kirchnerista ataca al FMI por su default de una deuda impagable, mismo organismo que les ha prestado y ellos usaron esos recursos no para equilibrar su balanza de pagos, sino continuar la juerga seudo socialista.
Venezuela fustiga todos los días a los EEUU, en tanto vive de las exportaciones de petróleo a hacia ese país. Chile , Bolivia y Ecuador ya están en proceso de implosión de sus economías por tratar de poner el caballo atrás de la cerreta. Para poder repartir la riqueza primero hay que crearla.
Lula no se contenta con pretender regresar el reloj económico 100 años, su plan B es crear una comunidad económica de América Latina al estilo de la Unión Europea, para crear una sola moneda y ahora si arruinar a todo el sub continente ante gobiernos irresponsables.
Estamos a años luz de recobrar la confianza que tenían las monedas latinoamericanas a principios del Siglo XX. La realidad actual es que pagamos un costo muy alto en términos de tasas de interés y primas de riesgo, por cada dólar que atraemos o que nos prestan, porque no somos capaces de mantener algún grado de disciplina fiscal y económica, además de la certidumbre jurídica, vital para atraer inversiones y mantener la solvencia crediticia
Los problemas de desarrollo de América Latina, serán causados porque los latinoamericanos trabajamos menos que el resto del mundo?. Acaso no somos frugales y ahorradores?. La realidad es que no, en América Latina somos tanto o más capaces que cualquiera, además de que hemos podido desarrollarnos ha sido a pesar de tener malos gobiernos y malos empresarios nacionales.
Lo que nos destruye es que estamos atorados en falsos dilemas ideológicos que atentan contra el sentido común y de eso se aprovechan las camarillas de todas las corrientes ideológicas para saquear y destruir nuestras economías.
La principal falsedad es suponer que los gobiernos producen la riqueza que regalan como si fuera una entidad independiente de la sociedad que es la que trabaja muy duro para salir adelante, en tanto miles de politiquillos en todo el país, de todos los niveles de gobierno se cuelgan medallas y hay quien todavía les cree.