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Por Félix Cortés Camarillo

Todos podemos pensar y probablemente haya un sustrato de razón, que los afanes mayestáticos del presidente López para desaparecer la mayor cantidad de entidades de cualquier tipo para ponerlos bajo su férula corresponden a su proyecto de perpetuación en el poder; una especie de Maximato mínimo, de poder tras el trono, de prolongación de su existencia mítica.

Sí, tiene lógica.

Por eso había que socavar el INE, defenestrar a sus autoridades –no se pudo- y debilitar la estructura, para hacer que sus funciones fuesen de nuevo a ser ejercidas desde una oficina de la Secretaría de Gobernación. ¿Qué tal que en el 2024 el resultado de las elecciones presidenciales no le gustan? Se anulan y ya.

Toda la ofensiva presidencial apunta a que en un futuro que el presidente adivina cercano después de las elecciones al Congreso, todas sus reformas constitucionales, incluida la más reciente de militarizar la policía nacional, sean aprobadas por una revitalizada mayoría legislativa de su pandilla política. Por eso confía en que la decisión de la Suprema Corte de Justicia de no permitir la incorporación de la Guardia Nacional –que ya debe varias muertes inexplicadas. 

Desmantelado el Conacyt, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, fracasado su intento de asonada en la Suprema Corte de Justicia, por el momento las baterías están enfocadas a la desaparición, se le llama incorporación al corral, de otras instituciones entre las que sobresale el INAI, único refugio que tiene el ciudadano para exigirle al gobierno que le diga la verdad sobre lo que hace. Otro petate del muerto,  por el temor que despierta entre la población, es la desaparición supuesta del INAPAM, que ahora se llama algo de la senectud.

Todo eso es cierto. Andrés Manuel López Obrador pasará a la historia como el gobernante mexicano que mayores concesiones hizo a los hombres de uniforme para hacer uso de ellos. En los soldados encontró administradores dóciles para aduanas, puertos, aeropuertos, caminos, policías y lo que se ofrezca. Además, el Ejército ha sido proveedor de mano de obra, pagada a sueldo militar, para hacer las obras que se le ordenen, sin chistar. Del derecho laboral ni hablamos.

Todo suena a una dictadura. Yo siento que el asunto es distinto.

En cada uno de las justificaciones para atacar y tratar de desaparecer entidades autónomas, se esgrimió y se sigue esgrimiendo el ahorro que aportará la muerte de esos entes, que “no sirven para nada y cuestan mucho”. El asunto es sencillo: el secretario de Hacienda ya quiso disfrazar el endeudamiento nuevo con odres viejos. 

Se está acabando la lana. El presidente López ya anunció que en enero las pensiones subirán un veinte por ciento más. Necesita liquidez para mantener su campaña electoral permanente y para las obras faraónicas de Dos Bocas y el Tren Maya. Hay que sacar dinero de una bolsa para llenar la otra.

El dinero que yo gano toditito te lo doy.

PARA LA MAÑANERA, (porque no me dejan entrar sin tapabocas): Diseñado sobre las rodillas, sin tomar en cuenta a la población de un importante trazo de la avenida Garza  Sada, el gobierno de Nuevo León ya anunció, en la tónica de este sexenio, que el Metro va porque va. Por arriba, por abajo o por en medio. Y todavía hay quien se lo cree.

‎felixcortescama@gmail.com

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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