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Por Félix Cortés Camarillo

Es más que evidente que el asesinato de cuarenta migrantes por la abulia, ineficiencia y falta de humanidad de sus guardianes y los jefes de ellos en Ciudad Juárez hace unas semanas, es el equivalente al caso Ayotzinapa para el régimen del presidente López. Procurará el presidente encubrir a todos sus amigos de antaño y cómplices de hogaño; la culpa de esas muertes es del gobierno de México, que encabeza el licenciado López.

Por si necesitara una lápida adicional, aquí tenemos ahora la desaparición, sin bombo y sin platillo, del sistema de salud INSABI, presunta célula de origen del sistema de salud mexicano que, según el presidente López ha de ser en menos de dos años, “mejor que el de Dinamarca”. El Insabi fue ideado para sustituir al Seguro Popular, un sucedáneo inventado por Calderón para suplir las deficiencias del Seguro Social y del IMSS en la protección de la salud de aquellos que no contaran con el uno o el otro.

Nunca, en la puta vida de tres años del Insabi, vimos una clínica, consultorio, hospital o farmacia con esas siglas. Mientras tanto, los que fueron beneficiarios del Seguro Popular se siguieron enfermando y muriendo.

La deuda del Cuatrote con la salud de los mexicanos es enorme. Cerca de setecientos mil personas murieron a consecuencias del Covid 19, aunque la estadística real siga oculta por el doctor López-Gatell, principal responsable de estos homicidios que, en el mejor de los casos, son dolosos. Hubo muchas víctimas del Covid que murieron en sus casas y que algún médico certificó que fallecieron de “muerte natural”.

Yo todavía no sé de nadie que haya fenecido de “muerte artificial”. Claro, exceptuando a los asesinados, que cada vez son más.

El Insabi murió, pues, de muerte natural. 

No de inanición, como están pereciendo otros institutos y fideicomisos del gobierno para aportarle lana al Presidente López y su campaña electoral incesante. Muriò porque nunca había existido, salvo el membrete, alguna oficina y el cargo de un director de cuyo nombre no quiero acordarme. Lamentablemente, otras instituciones que tiene años de vida plena, van a desaparecer por la guillotina que se dicta en Palacio Nacional. La más reciente es el CONACYT. El que sigue es el INAI. Adiós ciencia y adiós verdad. Los césares os saludan.

PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Cuando la mentira toma la forma del sarcasmo se convierte en farsa. Ayer un señor que se dijo periodista, convocó a la creación de un comité, con el apoyo del gobierno, para postular al licenciao Andrés Manuel López Obrador para el premio Nobel de la Paz.

Yo me apunto.

‎felixcortescama@gmail.com

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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