Por Francisco Tijerina Elguezabal
Dice el refrán que “cuando el río suena, es que agua lleva” y el río que suena, y suena mucho, en la Secretaría de Educación en Nuevo León ya debería haber hecho sonar las alarmas en la oficina del gobernador, Samuel García.
Porque son ya demasiadas las quejas, demasiados los problemas sin solución, demasiadas las broncas que arrastra sin resolver la titular del área y no se aprecia que las cosas vayan a mejorar.
Catalogada como una de sus “chicas super-poderosas”, Sofialeticia Morales no ha podido con el paquete y no es una percepción personal, es la abrumadora realidad que la ha rebasado en muchos sentidos.
Un montón de escuelas se ven obligadas a brindar por bloques la atención a sus alumnos ante la falta de aulas, se supone que lo resolverían con aulas móviles pero estas no aparecen; otras tantas no pueden recibir a los estudiantes por la falta de energía eléctrica o de agua. Por decenas se cuentas los casos de planteles robados y vandalizados sin que la Secretaría ponga un freno o coordine alguna acción con las fuerzas de seguridad.
Tema de la transición e inicio de gobierno el remozamiento de escuelas que no tuvieron mantenimiento durante la pandemia, es el cuento de nunca acabar porque a pesar de todo lo que presumieron, la verdad es que sigue habiendo un titipuchal de instalaciones llenas de maleza, sin pintura, sin vidrios, sin pizarrones, sin baños, sin electricidad, sin nada de nada.
Y si todo lo anterior ya es lo suficientemente grave como para parar las antenas, es necesario decir que la dependencia no ha hecho absolutamente nada para resolver el tema de la violencia escolar, los pleitos entre alumnos y su difusión en redes sociales que sigue ahí, a la vista de todos, menos de las autoridades educativas de nuestro estado.
La cereza en el pastel es la noticia de la que nos acabamos de enterar de que como parte de los retos en escuelas secundarias hoy alumnos obligan a sus compañeros a ingerir comida con marihuana a razón de “le entras o le entras”.
Así por lo menos un chamaco y una compañera, de una escuela en García, resultaron intoxicados y fueron a parar a un hospital.
Lo grave no es la intoxicación que les hizo perder el sentido o el que les hayan suministrado una droga contra su voluntad, lo crítico es la actitud de los mentores y sus superiores que minimizan el hecho y voltean hacia otro lado para ignorar el problema, pretendiendo que con ello las cosas se resuelvan o se olviden.
Va siendo hora de que por muy “super-poderosa” que sea doña Sofialeticia la llamen a revisión y le exijan cumplir con sus responsabilidades, porque de nada nos servirá Tesla y las inversiones extranjeras si no somos capaces de cuidar la integridad y asegurar la preparación de nuestros niños y jóvenes.
Más un año y medio después de iniciado el gobierno es tiempo suficiente como para que se apreciaran resultados, pero estos, por lo menos en Educación, brillan por su ausencia.