La lucha de su hijo contra el cáncer y la pérdida del mismo inspiraron a Carla a brindar acompañamiento a los pequeños enfermos y sus familias, una actividad que a casi tres años de la muerte del pequeño Gian continúa llevando a cabo.
La vida de Carla Elizondo dio un giro de 180 grados cuando al más pequeño de sus hijos, Gian Carlos, le diagnosticaron un linfoma (cáncer) no común en niños, mismo que lo llevó a una ardua batalla que concluyó con el fallecimiento del pequeño en 2020; reportó MILENIO.
Aunque fue difícil aceptar la pérdida, Carla tomó fuerzas y renació para ayudar a menores que atraviesan por una situación similar a la que pasó Gian, difícil, inexplicable y por supuesto dolorosa.
Este 10 de mayo la fecha y el recuerdo duele, pero Carla afirma que Gian desde donde está, se encuentra sumamente contento por la labor que realiza su madre para ayudar a aquellos que se encuentran librando la batalla que durante años el combatió.
«Son fechas difíciles pero mi Gian está presente. Tengo un osito con su ropa siempre lo llevo conmigo, duermo con él, una mami me regaló un corazón con la foto de Gian y también lo llevo siempre conmigo.
«Voy a festejar con mis hijos y mi esposo y pues de alguna manera mi Gian Carlos siempre está presente conmigo» declaró.
Carla platicó que el último mayo que Gian estuvo con vida se encargó de componerle una canción e interpretarla al lado de su hermana, quien incluso se obligó a aprender guitarra para acompañar a su pequeño hermano.
«Él todavía en mayo estaba bien y me hizo una canción con su hermana, ella no tocaba la guitarra pero él la puso, la escribió y me la dedicó, la tengo grabada y cada 10 de mayo la pongo y ahí estoy a su lado escuchando su canción»
«La fecha por supuesto que pega y mucho, pero me agarro de la mano de Dios y a tomar fuerzas. Les digo a las personas que yo tengo fe y esperanza en que algún día nos vamos a volver a encontrar, por eso tengo que hacer las cosas bien para llegar derechito con él», dijo.
La enfermedad y la muerte no detuvieron su misión
En entrevista para la plataforma MILENIO-Multimedios, Carla, quien es residente en el municipio de Apodaca, platicó como es el vivir tan de cerca el proceso y pérdida de un pilar de la familia, la cual la inspiró a acompañar a otras mujeres y niños en la ardua lucha.
«Es difícil tratar de decirles que mientras que las personas tengan vida hay esperanza. Uno nadamas escucha y le dice ánimo para eso estamos, muchas veces lo único que queremos es que nos escuchen y nos acompañen»
«Al principio tenía mucho miedo de estar con ellos porque yo sentía que no les iba a dar la misma fuerza porque yo ya había entregado a un hijo, entonces me daba miedo que ellas pensaran que también lo iban a entregar, al principio no sabía cómo ayudarlos, mi niño ya no estaba y ellos seguían luchando» señaló.
Cuando falleció Gian, la familia comenzó a ayudar a los niños que atraviesan por el proceso, sin embargo su esposo al momento que vio el fallecimiento de otro pequeño decidió retirarse del proyecto y apoyar desde otra trinchera.
«A uno de los primeros niños que ayudamos fue ‘Gustavito’, un niño super guerrero de los primeros que estuvimos acompañado y en verdad era muy difícil, yo acababa de entregar a mi Gian»
«Mi marido me dice ya no te voy acompañar tan de cerca porque yo no puedo, no puedo volver a vivir lo que ya vivimos» agregó.
Aunque trabaja de cerca con los menores, les ayuda con medicamentos y acompaña durante su proceso, Carla dejó en claro que no pertenecen ni forman parte de alguna asociación, pues en un principio las cadenas comenzaron con un solo fin, orar por el pequeños enfermo y su familia.
«El (grupo) Cadena de Oración por Gian Carlos inició para que la gente se uniera a orar por mi niño esa era su finalidad, porque pues él constantemente estaba en tratamientos y usamos esta cadena para que las personas se pusieran a rezar»
«Al partir Gian Carlos le digo a mi esposo, oye vamos a quedarnos con la cadena de oración pero ahora vamos nosotros a ayudar a los niños y a las mamis así como nos apoyaron a nosotros. Empezamos luego lueguito que se fue mi niño, en el mismo diciembre que se fue mi hijo», comentó.
Pintar de alegría para los ‘guerreros’
Si bien las fiestas recuerdan los días difíciles que vivió al lado de su hijo, también le han servido para dar esperanza a los demás y para llenar su alma, pues argumenta de no realizar las actividades estaría en casa inundada en tristeza y lágrimas.
«Con esos días lo que hago es agarrar fuerza, ver a los otros niños, abrazarlos»
«El primer 14 de septiembre que festejé después de que se fue mi hijo sí lloré, vi a uno de los niños lo abracé y me puse a llorar; él me decía señora todo va a estar bien sin saber ni que estaba pasando» agregó.
Reiteró que el tomar la decisión de continuar con la actividad a pesar de que su pequeño ya no está le dio una fuerza increíble que la revitalizó, y agregó que en cada abrazo que da ve a su hijo.
«Es como darme fuerza, valor de seguir aquí en esta vida. Es muy difícil que ya no esté tu bebé, el estar acompañando a otros es como si yo estuviera todavía con él» puntualizó
Cadena de Oración por Gian Carlos se dedica a apoyar a pequeños que atraviesan por un cáncer, así como a las familias que viven el proceso de acompañarlos.
Imagen portada: Especial | MILENIO