Por José Jaime Ruiz
El PRI y el PAN en Nuevo León dejaron de ser partidos políticos para convertirse en camarillas que, sumadas, se denominan PRIAN. Y la marca PRIAN está en decadencia porque desplazaron a los personajes de peso de cada instituto político. Ni Fernando Canales ni José Luis Coindreau ni Kana Fernández ni Mauricio Fernández ni Luis Santos de la Garza ni Fernando Larrazabal ni Margarita Arellanes ni Humberto Treviño Landois ni Carlos Domínguez Ahedo ni Judith Díaz ni Rebeca Clouthier ni Fernando Margáin ni Alfonso Robledo ni tantos otros reconocen al grupúsculo de Zeferino Chefo Salgado, Raúl Gracia y Víctor Pérez. Un escindido PAN, un PAN fracturado.
Por el lado del PRI la fractura también es mayor y la camarilla liderada por Francisco Paco Cienfuegos, tan excluyente como el PAN, tendrá resultados adversos en el 2024. Para simplificar, ni Jorge Treviño ni Sócrates Rizzo ni Benjamín Clariond ni José Natividad González Parás, todos ex gobernadores priistas, están con Paco Cienfuegos y su padrino, el impresentable Rodrigo Medina de la Cruz.
La decadencia política de Chefo y Paco Cienfuegos es gradual, pero inexorable. Pisarles la larga cola es simple y para sus adversarios de Movimiento Ciudadano se trata no sólo de desacreditarlos, desprestigiarlos, pegarles en su reputación; desde el repudio social-electoral, se trata de deslegitimarlos y, ergo, deslegitimar sus redes de poder, sus ramas políticas que se encuentran en el Tribunal Superior de Justicia (Arturo Salinas) y la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León (Pedro Arce, el compañero de pachanga de Paco Cienfuegos), para dar sólo dos ejemplos.
No sé hasta dónde los analistas del PRIAN reflexionan sobre la gran variable de las elecciones del 2024, es decir, el “Plan C” del presidente Andrés Manuel López Obrador y el voto hegemónico por Morena: “Pues hay que votar, hay que votar, hay que votar, no sólo para el candidato a presidente, hay que votar por los legisladores, por los candidatos a diputados y a senadores, para que la transformación cuente con mayoría calificada.
“¿Qué es mayoría calificada? Es dos terceras, como 66 por ciento de los votos, 66 por ciento de los votos. Porque se puede tener mayoría simple, 50 más uno, pero eso permite aprobar leyes, reformar leyes, pero no reformar la Constitución”.
El presidente y la 4T proponen acabar con el voto cruzado. Como en 2024 existen elecciones presidenciales, Morena en Nuevo León crecerá, no por el trabajo interno del partido en el estado, sino porque el voto presidencial arrastrará al voto local y si se impone en el imaginario electoral el “Plan C”, la configuración del Congreso local será diferente, una conformación alejada del tradicional PRIAN. A Movimiento Ciudadano estatal le conviene el “Plan C” porque todo lo que sea arrebatar espacios a los cotos de poder de Chefo y Paco afirma la gobernabilidad de Samuel García.
Movimiento Ciudadano crecerá en las próximas elecciones y su enfoque debiera estar en el Congreso dando una buena lucha por las alcaldías y las regidurías. Tienen tres personajes altamente visuales de los cuales carece el PRIAN y Morena, como lo son el propio gobernador, Mariana Rodríguez Cantú (para la senaduría) y Luis Donaldo Colosio Riojas que, a pesar de su mal trabajo como alcalde de la capital de Nuevo León, mantendrá la alcaldía.
El gobernador, para acentuar sus resultados electorales, deberá convertir los déficits sociales en superávits: seguridad, movilidad, contaminación, educación, salud, feminicidios, servicio de agua residencial… MC tendrá que des/abanderar las causas sociales en las que se refugian Chefo y Paco para que, precisamente, no encuentren refugio en una curul el próximo año.