Por José Jaime Ruiz
Al único gobernador panista en la historia de Nuevo León, Fernando Canales Clariond, le molesta que el gobernador actual, nacido de Movimiento Ciudadano, Samuel Alejandro García Sepúlveda, no publique las “leyes” que emanan del Congreso en el Periódico Oficial y, por tanto, desde su procrastinación (debería recuperar primero al PAN, instituto que se encuentra secuestrado), afirma que vivimos el “principio de una dictadura que no vamos a permitir los neoloneses”.
Desmemoriado, Canales Clariond se confunde, si hubo visos de dictadura en Nuevo León fue con el PRI y su represión (ahí está Alfonso Martínez Domínguez), como cuando lo pusieron de patitas en la calle sacándolo del Palacio de Cantera. Crímenes son del tiempo, ahora Fernando es el gran aliado de los priistas, reproduce la narrativa del PRIAN y es el esbirro –si soy piadoso lo escribo en su acepción de “seguidor”– de Zeferino Salgado y, por tanto, de Francisco Cienfuegos.
Teniendo como decorado el Congreso local, unas desconocidas y sin representatividad organizaciones civiles, el PAN a través de Hernán Salinas y ninguna figura de primera línea del PRI, firmaron un fantasmal acuerdo para lograr candidaturas, gobiernos y una agenda legislativa de coalición para las próximas elecciones del 2024 en Nuevo León.
Una firma inútil porque, de facto, el PRIAN ha sido la gran coalición en contra de los intereses ciudadanos de Nuevo León. En realidad, Canales Clariond, desde su ingenuidad, trata de frenar el avance de Morena en la elección presidencial. Para ello se alía con la gavilla de Chefo Salgado (Carlos de la Fuente) y Raúl Gracia (Hernán Salinas), quienes fueron los que expulsaron simbólica y pragmáticamente del partido a la Vieja Cúpula (Canales Clariond, José Luis Coindreau, Kana Fernández, Carlos Domínguez Ahedo y otros) sustituyéndolos por la Nueva Cúpula o la llamada entonces Santísima Trinidad. Las reses de ayer apoyando a sus matanceros de siempre.
En su desvarío, Canales Clariond califica a García Sepúlveda de dictador o proto/dictador, pero no asume la crítica en contra de la corrupción y la impunidad que promueve el PRIAN desde el Congreso, algunos municipios y organismos no autónomos, dependientes de Paco Cienfuegos, como son la Auditoría Superior del Estado y la Fiscalía General, entre otros.
Viejo, cansado y, quién sabe, sin ilusiones, Fernando Canales Clariond es hoy todo lo contrario de lo que fue en su juventud y madurez rebelde. Sumiso y domesticado ante Chefo y Paco Cienfuegos, el ex gobernador da tumbos en los fársicos escenarios del PRIAN.