La Cámara de la Industria de Transformación de Nuevo León (Caintra), externó su preocupación por la debilidad del sector manufacturero nacional, al presentar una contracción de 0.1 por ciento; esto en contraste al comportamiento que muestra la manufactura de Nuevo León, la cual se encuentra con indicadores positivos; informó MILENIO.
Este desempeño a nivel nacional preocupa, pero se puede revertir si se pudiera aprovechar mejor los beneficios del nearshoring e integrar a las Pymes a las cadenas de valor.
Lo anterior, a pesar de que la manufactura de Nuevo León ha mostrado mayor resistencia en comparación a la nacional, puesto que los principales indicadores de la industria continúan en expansión.
“Caintra observa con preocupación la debilidad del sector manufacturero del país que recientemente se estanca por los retos internos y externos que enfrenta. En este escenario, la industria de Nuevo León ha sido la excepción, al seguir con resultados positivos, aunque con un menor ritmo de crecimiento”, señaló la agrupación empresarial.
Caintra consideró que este efecto negativo que trae la manufacturera nacional se lograría revertir si continúa aprovechando los beneficios del nearshoring e integrar a las Pymes en las cadenas de valor de las nuevas inversiones.
Por ejemplo, a través de programas de integración de proveedores, para que las nuevas empresas en el país vean en las Pymes un valor agregado y las integren con contenido nacional real en sus productos y servicios.
Añadió que la debilidad de la manufactura nacional podría extenderse ante la fragilidad de la manufactura de Estados Unidos, que ha mostrado una caída de -1.6 por ciento respecto a 2022.
Detalló que a nivel nacional, las cifras de la manufactura del primer trimestre del año muestran que este sector prácticamente se mantuvo sin cambios con respecto al cierre de 2022, al presentar una contracción del -0.1 por ciento.
Indicó que esta situación es resultado de una desaceleración, e incluso contracción en algunos meses, de las exportaciones manufactureras.
De hecho, las exportaciones de enero a abril de 2023 crecieron un 6.2 por ciento, cuando en 2022 lo hacían en un 15.8 por ciento.
Aunado a ello, la alta inflación y tasas de interés han impactado la inversión privada en el vecino del norte, la cual se contrajo 12 por ciento en el primer trimestre del 2023, donde bienes industriales de México se verían afectados. Además, se espera que, a partir de este segundo trimestre, aquel país enfrente una contracción en su PIB.
Sostuvo que a nivel nacional aún hay optimismo entre los industriales ante la llegada de nuevas inversiones; ya que, los indicadores de opinión empresarial, como el índice de pedidos del sector manufacturero, se han mantenido por encima del umbral de expansión de los 50 puntos.
Sin duda, algunos temores de debilidad para la industria nacional comienzan a ser palpables. Sin embargo, aún hay margen y tiempo para actuar y aminorar el golpe, brindando mayor fortaleza al mercado interno, reduciendo la complejidad administrativa actual para la operación de las empresas e impulsando un financiamiento competitivo al sector productivo.
Imagen portada: Andrés Lobato | MILENIO
