Por José Jaime Ruiz
Santiago Vidaurri no entendió a Benito Juárez y así nos fue. A pesar de ser un alfil de la dictadura de Porfirio Díaz, Bernardo Reyes entendió Nuevo León. El desarrollo político, económico, a veces social, se debe a la voluntad de Bernardo y a sus negociaciones con Porfirio, a veces tersas, muchas veces ásperas. Pocos han entendido la capacidad de Nuevo León, Bernardo Reyes no sólo hizo el Palacio de Cantera, también regresó la vida internacional con Anáhuac-Colombia. Raúl Rangel Frías dio el toque de cultura a este árido reino. El gobernador constitucional del estado libre y soberano de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, tiene la oportunidad histórica de conjugarse y conjuntarse entre esas figuras señeras de Bernardo y Raúl. Quero que lo piense, espero que lo haga.
En el priismo también existieron intelectuales, el mayor y mejor, Jesús Reyes Heroles. Su avezado lector, José Francisco Ruiz Massieu, escribió alguna vez, “Retracemos el sistema, pero no lo retrasemos: no lo hagamos ir hacia atrás”. Los verbos públicos en Nuevo León son “retrazar” o retrasar. Volver a trazar nuestra historia pública o retrasarla. Ahí, creo, reside el quid, el fenómeno, el asunto.
Abono a la especificidad. El alcalde de Santa Catarina, Jesús Nava, representa la factibilidad de un desarrollo de inversión social y económica en Santa Catarina. Andrés Mijes, en Escobedo, también suma y suma bien porque el color no desmerece lo valiente, lo cuerdo. Patricia Salazar, en Allende, lo sabe. Hay alcaldes jóvenes que se avejentan con sus posiciones retrógradas, retrasan, como el de Pesquería, de cuyo nombre no puedo acordarme, o el de Santiago, que sigue bajo la férula de Francisco Cienfuegos.
En nuestro estado el PRIAN se extingue. Y no lo reconocen sus actores en esta ópera bufa. Francisco Cienfuegos y Zeferino Salgado tienen problemas en las indagatorias por lavado de dinero. El PRI se derrumba, el PAN se derrumba. El periódico El Norte de Alejandro Junco se derrumba. Todos ellos retrasan el cambio cuando Nuevo León requiere re-trazarse, nunca retrasarse. Siempre ascendiendo, es la divisa del escudo oficial.
Vuelvo a Santa Catarina. El municipio fue saqueado por Víctor Pérez y sus hordas corruptas (¿alguien recuerda a Sergio?). Junto con San Nicolás de los Garza, es el ejemplo de cómo no hacer política pública. Jesús Nava les da un ejemplo de ejercicio administrativo a Víctor Pérez y su extensión marioneta, Héctor Castillo. Que su cara mafiosa lo denuncie, nunca será suficiente para entender cómo Víctor se jode a Santa Catarina.
Lodo de aquellos polvos. ¿Qué viene? No es difícil ser auriga de este asunto. La derrota de Paco Cienfuegos y Zeferino Salgado y sus extensiones empobrecidas, como Víctor Pérez. La mafia de Paco y Chefo nunca será recibida en Palacio Nacional. Tampoco en la Fiscalía federal, ni siquiera en la Suprema Corte de Justicia donde, tal vez, Samuel Alejandro ya tuvo una cena con las y los magistrados.
Regreso a la vitalidad de Ruiz Massieu: “Quien no sabe de paradojas no entiende de política: El arcaizante, que quiere conservar, debilita, y el democratizador, que quiere cambiar, vigoriza”.
¿Se entiende o me regreso?
El problema para Francisco Cienfuegos y Zeferino Salgado es el lavado de dinero. Marko Cortés es nadie; Alejandro Moreno, menos. Carecen de plataforma de partido. La nueva generación los supera. Ni Paco ni Chefo ni Víctor estarán en 2024. Para ellos las rejas, no la urna.