Por Félix Cortés Camarillo
No necesitó el presidente López un negro atuendo, ni una máscara de plástico o una voz cavernosa para decirle como Dan Vader a todos los aspirantes a sucederlo en su empleo “Yo soy tu padre”. A los selectos de primera instancia se los había dicho verbal y explícitamente –dicen los que ahí estuvieron- en una cena, supuesta y falsamente sin teléfonos-cámaras celulares. En un restaurante bastante chafa, que está encima de una librería de todos mis respetos y desde cuya terraza se puede admirar la magnificencia de lo que queda del Templo Mayor de los Aztecas, que descubrió Eduardo Matos, el desconocido de este régimen, esa noche quedó claro, por si alguien tenía alguna duda, de qué lado masca la iguana o como dice Cri-Cri, quién es el que manda aquí.
El que manda aquí ordenó hacer una convención de su partido al modo de su gusto. Non va Plu! dice el croupier en Montecarlo: nadie más. Se consagró a las cuatro corcholatas; se admitió de limosna a un candidato por cada partido rémora, el PT y el Verde, sin más posibilidades que ganarse un premio de consolación o reintegro para Fernández Noroña o Velasco. Pero lo más importante, se establecieron reglas del dinero que nadie toma en cuenta.
Los aspirantes no recibirían apoyo de Morena para sus no-campañas que tienen un rato ya en las paredes y las calles de nuestras principales ciudades: el empleado principal- por el momento de Lopitos que es Mario Delgado ya enmendó la plana y dijo que cada uno de los cuatro recibiría cinco millones de pesos para sus recorridos, viáticos y demás, sin aplicar esa lana a la promoción personal del personaje o del voto. ¿Ton´s pa qué?
Esta minucia lo que hace es abrir el financiamiento de los precandidatos a la presidencia a todas las fuentes del poder económico. En primerísimo lugar al crimen tan bien organizado que se está apoderando del país por las vías de la violencia o las de la intimidación. ¿Cuántos millones necesitas para tu campaña? Cuenta con ellos, hablamos dentro de año y medio.
Otra condición notable: se sugiere a los aspirantes a no acudir a medios de comunicación obviamente no partidarios del cuatrote. La lista del estigma ya nos la sabemos de memoria, porque se repite en las mañaneras. Esto es una gran reverencia del Padrino a la libertad de expresión y pensamiento que garantiza una Constitución que Lopitos quiere eliminar.
Todo esto y lo demás, a cambio de simular la unidad en torno al patriarca. Gane el que gane en La Encuesta que va a hacer Morena, todos ganan, como dice en una de sus caras la perinola. El que quede en segundo lugar de esta tómbola será secretario de Gobernación. El segundo y tercero irán a manejar las manadas de la Cámara de Diputados y Senado. Para el quinto lugar ya encontraremos algo. Pero todos fieles, unidos y disciplinados.
Y sobre todo, el verbo es prolongar.
Por eso, en la fiesta del día del Padre, ya no me la prolongo.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): En los tiempos de hoy yo soy deportista de sofá: me dedico a ver las justas deportivas que me gustan en la tele. El domingo, yo pensé que me iba a frustrar porque todos los opinadores iban a estar dedicados a la sucesión presidencial. NO. Todos querían desentrañar el problema del futbol mexicano después de su asqueroso desempeño en los últimos días frente a los Estados Unidos (0-3) y Panamá (1-4), ambos equipos de los que yo me acuerdo eran pichones. Y todos coinciden en que hay que correr al técnico.
Están equivocagados.
Yo se las pongo más fácil: dejen en manos de Ana Gabriela Guevara el futbol de la Nación. Ella les va a cortar los altísimos emolumentos que reciben, les va s sugerir que vendan Tupperwares para irse a jugar a Las Vegas y que no la estén jodiendo.
Ya verán que México gana el siguiente mundial.
