Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”
Aldous Huxley
Los sucesos ocurridos en los últimos meses en la política local, nos han venido a dar a los ciudadanos mil y un lecciones de cómo darle la vuelta a la ley para evitar cumplir con lo supuestamente previsto y todo sin incumplir con las normas.
Así hemos sido testigos de la manera en la que Tribunales, amparos y subterfugios, por no decir trampas y triquiñuelas, se utilizan con tal de no dar su brazo a torcer en luchas de poder en las que lo que menos importa es el beneficio de la sociedad.
De una cosa estoy seguro: tras todo este sarao la política y los políticos terminarán dejando en el campo de batalla buena parte de la confianza que los ciudadanos podían aún tener en ella y ellos.
Dicho por muchos, dicho por todos, aquí no habrá vencedores, sólo vencidos, y lo peor es que en esa lucha de egos los que más pierden son ellos y no son capaces de darse cuenta.