Por Obed Campos
En su perfil de Likedin, Mario Humberto Rojo Flores se dice “experto en comunicación y sus ventajas, manejo de medios, publicidad, estrategias y mercadotecnia, relaciones públicas y contenidos”.
Los que conocemos del tema sabemos que, como diría el ilustre y extrañado Hugo L. del Río, Rojo Flores no es capaz de escribir ni “el remitente de una carta”… Mucho menos “de diseñar una estrategia comunicativa”.
Es más, Rojo Flores no podría editar ni siquiera el periodiquito de un jardín de niños, para acabar pronto, y ya son cada vez menos los incautos que le creen.
Y como aquella canción: “y ya lo vez pasan los años, dejando huellas al pasar…”
Rascándole tantito a las raíces de Scripta, sobre el “Coordinador”, que no director de la Facultad de Comunicación de la UANL, me encuentro con una joya.
El 11 de mayo de 2016, Rodrigo Luna, periodista especializado en temas de educación escribió:
“Entre los priistas, jóvenes y viejos, una máxima: “el que no tranza, no avanza…” o eso dicen ellos, así como dicen también “que un político pobre es un pobre político” y por ello se dedican más que a sus tareas administrativas, al enriquecimiento económico a como de lugar.
“Mario Rojo, director de la Facultad de Comunicación, no es la excepción de la regla, y para que vea usted que para hacerse de dineros no está nada poco tonto:
Les puso cuota de estacionamiento a los estudiantes, y dicen los que saben que el sistemita le deja entre 70 y 100 mil pesos por mes, los cuales según él, son para mejorar el equipo audiovisual de la dichosa escuela… Que está más viejo, que las cámaras que usaba Charlie Chaplin…”
Nueve años después, en Panorama de Nuevo León, que dirige Miguel Carrizales, puede usted leer:
“Mario Rojo está convertido en un verdadero problema, no quiere dejar la Facultad de Comunicación de la UANL porque, a decir de maestros, alumnos y administrativos, no está dispuesto a perder los beneficios que obtiene en el manejo de los dineros. ¿Que queeee?… Dicen los que saben de entuertos universitarios, que pronto se revelará la forma en que maneja el presupuesto de la Facu, saldrán nombres de empresas y amigos del director con los cuales, supuestamente, está haciendo sus grandes enjuagues… a Los Primos no nos crean, pero se habla que podrían haber detectado la presencia de factureras. ¿Será cierto?”
Y la pregunta de los 64 millones es, de qué pelos está agarrado Rojo, o qué les sabe a los de arriba de la UANL para que lo sostengan en la mina que ha convertido a la pobre Facultad de Comunicación.
Porque esto no se trata de enseñanza, sino de tranza, y está mas claro que el agua… cuando hay.