Por Carlos Chavarría
Cuanta fragilidad de la humanidad. Tanta historia, sus muertos, y todavía andamos tentando a los demonios del poder usando las mismas razones. Siempre se ha sabido que no importan los reclamos usados para invocar a la guerra, la razón subyacente siempre es la economía.
Mientras cada país anda distraído con sus asuntos domésticos, en el otro lado del mundo, en el lugar que hoy por hoy acumula mas tensiones que en cualquier otro, están jugando con fuego y no solo por la Guerra en Ucrania, sino por la estrategia que Putin esta pretendiendo para eludir las sanciones comerciales y financieras que le han impuesto lo países miembros de la OTAN.
Primero un poco de antecedentes. La gobernanza de la actualidad se sostiene sobre las instituciones financieras y de negociación que se crearon a partir del final de la Segunda guerra Mundial.
Con la intención de impulsar el crecimiento del comercio internacional y prevenir devaluaciones competitivas de las monedas, se firmaron los Tratados de Bretton Woods [https://fraser.stlouisfed.org/title/proceedings-documents-united-nations-monetary-financial-conference-bretton-woods-new-hampshire-july-1-22-1944-430?browse=1940s] con la participación de 44 países, que vincularon sus monedas al valor del dólar americano y este a su vez al precio de la onza de oro con un precio de referencia de 35 dólares la onza.
Desde 1970, durante el mandato de Nixon en los EEUU, se rompió la atadura del dólar con el patrón oro, y en su lugar se firmaron nuevos acuerdos para crear un mercado de monedas duradero que a través de aportaciones del FMI y el Banco Mundial aliviaran los movimientos especulativos contra ese mercado en cualquier país miembro.
El tema de las monedas siempre genera inquietudes y desconfianzas y no pocas guerras y conflictos a lo largo de la historia han tenido su origen en el manejo sucio del precio de las mismas, que siempre afectara la reserva de valor que representa el dinero.
Hoy por hoy el dólar es la moneda que los “mercados” han determinado como la de uso corriente para el comercio internacional y el peso relativo de la economía norteamericana la convierte en el referente para los movimientos de capital. Casi todos los países mantienen reservas monetarias en dólares. Rusia y China no son la excepción.
Rusia en voz de su Presidente Putin está impulsando la creación de un bloque de naciones de lo más disímbolo para según él terminar con el “neo-colonialismo” norteamericano y romper con la influencia del dólar en los mercado de monedas y en consecuencia que el comercio se realice en las monedas de cada país.
El común denominador de estos países, ahora reformadores económicos, reside en su enemistad con los EEUU y por eso hablan de un mundo multipolar, se incluyen, Rusia y China por supuesto, además de Cuba, Brasil, Venezuela, Irán, Colombia, Nigeria, y algunos más con el mismo perfil.
Todos esos países se han beneficiado de las bondades de los avances de la apertura y globalización del comercio y ansían expandir su poder a otras esferas geopolíticas y en su intento agarran aliados de chile y manteca para su nuevo club de naciones. Vamos a ver si China sobrevive sin el mercado de exportaciones a Occidente.
Siempre las redes financieras mundiales han sido un misterio -por llamarlo de alguna manera- pero hasta ahora ahí están y si se pueden mejorar las reglas del juego no será regresando el reloj económico y político al Siglo XIX.
Aceptemos que el orden actual de las cosas es perfectible y que los norteamericanos han tenido sus deslices y abusado de su jerarquía, pero usted confiaría sus valores al rublo o al renminbi?. Sin confianza el dinero no representa nada.