Por Obed Campos
Oiga, está muy serio este asunto de “la calor”, como le decimos en el rancho, así, en femenino, a la onda estival que este martes dejó al menos cinco muertos tras una jornada infernal que alcanzó fácil los 45 grados en muchas partes del área metropolitana de la capital de Nuevo León.
Y así, elementos de Seguridad Pública, a través de Fuerza Civil, repartieron 2 mil botellines de agua en estaciones del Metro, mientras que en conjunto, personal de Protección Civil Nuevo León, la Secretaría de Igualdad e Inclusión, DIF Nuevo León, Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey y el Centro Regulador Urgencias Médicas, CRUM, se movilizaron para ofrecer agua fresca a la población.
En tanto que Policías de Guadalupe ejecutaron el plan al Operativo Colibrí en paraderos de autobuses repartiendo miles de botecitos de agua a los transeúntes.
¿Y dónde andaba Luis Donaldo Colosio Riojas, quien aún cobra como alcalde de la Ciudad de Monterrey?
Pues seguramente a buen resguardo de su aire acondicionado en la suite que habita allá por la entrada a La Huasteca en los límites de Santa Catarina y San Pedro.
Qué tan fuerte sería el golpe de calor, que de acuerdo al periodista Gabriel Contreras “un hombre muere sentado en una banca en el centro de Monterrey”.
¿Y nuestro alcalde?
Ah, ya lo dije, a la sombra y en el clima artificial, ni cuenta se dio de los apuros del pueblo.