Por Carlos Chavarría
Los que somos de aquí sabemos muy bien lo que es la resolana, la que describió Alfonso Reyes: “…Traigo tanto sol adentro, que ya tanto sol me cansa. Yo no conocí en mi infancia sombra, sino resolana”.
Ahora que estamos atravesando por este llamado “anticiclón” es inevitable asociarlo con el cambio climático.
Desde 1969, el químico James Lovelock formulo la “Hipótesis de Gaia”, que se publicó en 1979, en la cual sostiene que la atmosfera y la parte superficial de la Tierra se comportan como un sistema donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales como la temperatura, la composición química de los mares, etc. , mostrando una conducta de un sistema dinámico que tiende al equilibrio, si no rebasamos algunos límites.
En 1968, se fundó el Club de Roma, integrado por científicos, personalidades políticas y empresarios, que en 1972 publico un informe donde se apuntaba que nuestro planeta estaba sujeto a límites para sostener el crecimiento de la humanidad con el modo de vida que gira alrededor del consumo.
En 1995 le otorgaron el Premio Nobel de química al científico mexicano Mario Molina porque demostró la conexión causal entre la perdida de la capa de ozono de los polos y la actividad humana, en especial el uso de gases CFC. También su esfuerzo probo que si se pueden revertir los efectos de los gases de efecto invernadero; responsables del aumento de temperaturas por sobre los promedios históricos registrados; empezando la lucha con el Protocolo de Montreal. Por cierto la capa de ozono si se recupero.
Estas tres anécdotas enlazadas probaron que en un corto espacio de tiempo se puede unir toda la humanidad para lograr una meta concreta que resuelva una amenaza global.
La ciencia ha avanzado enormidades a lo largo de los últimos 40 años y no existe duda de que además de los ciclos naturales de Gaia nosotros agregamos toda una serie de agentes antropogénicos que conducen a perturbaciones e inestabilidades en el estado de equilibrio y los límites para que el ecosistema se mantenga dentro de él. Ya rebasamos la capacidad del planeta para autorregularse y la situación es cada día más compleja e incierta.
Ahora las amenazas no solo se refieren al calentamiento, sino a la crisis hídrica, la producción de biomasa para alimentarnos, el agotamiento de recursos de todo tipo para nuestro sistema vital, la multiplicación de riesgos para la salud, y otros mas.
La descarbonización de la actividad humana ya no es algo opcional y México, como el resto de los 196 países que integran el panel intergubernamental para el cambio climático(IPCC) se han comprometido para metas interanuales muy concretas y específicas para el 2030 y el 2050, buscando mantener el aumento anual de las temperaturas pico en no más de 1.7 grados. Por cierto, arriba de 2 grados centígrados de aumento todo es incertidumbre.
Solo 13 países han cumplido con los acuerdos relativos al tema y el resto estamos atorados por diversas razones que se arguyen, pero la realidad es que si queremos disolver las amenazas todos tendremos que asimilar alguna parte de los costos involucrados y eso no es políticamente popular, asunto que rehúyen todos los políticos del mundo.
Aquella aspiración continua de heredar un mundo mejor, hasta ahora solo han sido palabras, porque el daño agregado que podemos hacer 9,000 millones de habitantes que ya somos, es imposible que la naturaleza por sí sola lo pueda asimilar.
Ninguno de nuestra generación está exento de responsabilidad habida cuenta de lo que ya estamos padeciendo y por tanto somos testigos de la aparición de los primeros estragos ocasionados por nuestro modo de vida y la inclinación que hemos desarrollado por lo trivial y la frivolidad.
Ya no hay espacio para el escepticismo o la esperanza insulsa de que alguien vendrá y arreglara el problema, como tampoco que todo se compondrá por si solo, mucho menos que el gobierno como lo conocemos sabrá qué hacer.
Invitemos a todos los que podamos para que se informen y familiaricen del tema y se vaya tomando conciencia plena para ponderar la magnitud de lo que se viene,les dejo la dirección del sitio en español del Panel Intergubernamental de Expertos en el Cambio Climático que vienen trabajando desde hace 40 años en el estudio y planeación sobre el tema: