Por Francisco Tijerina Elguezabal
Extraña que es la vida.
Mientras existen montones de delincuentes, traficantes, malas personas que hacen daño, lastiman y ofenden, la vida de pronto elije llevarse a seres buenos y así tiene que ser, a este mundo vinimos a morir, pero no deja de ponerlo a uno a pensar.
Un maestro de música de un kínder caminaba por una banqueta cuando de pronto una llanta se desprendió de un tráiler y le golpeó brutalmente matándolo en el instante.
Otro, que seguro volvía de su trabajo, de la nada quedó en medio del fuego cruzado de un enfrentamiento entre policías y malhechores y fue muerto de un balazo.
Víctimas inocentes de la fatalidad que salieron de sus hogares como todos los días y nunca más volvieron.
No podemos definir quién merece más o menos la vida o la muerte, pero lo que sí debemos comprender es que tenemos nuestra existencia prestada y en cualquier momento, sin aviso ni mensaje, se nos irá, por lo cual sería ideal el vivirla de la mejor manera.